Un trastorno del sonambulismo, también llamado sonambulismo, lo diagnostica un médico o un profesional de la salud mental. Describe un trastorno del sueño en la familia de la parasomnia, donde una persona tiene episodios repetidos de actividad motora mientras duerme. Esta actividad motora generalmente se manifiesta como sentarse en la cama y levantarse y caminar mientras está inconsciente.
Una persona generalmente parece estar despierta mientras camina sonámbula, con los ojos abiertos, pero no responde y se considera dormida. El sonambulismo ocurre durante la fase más profunda del sueño, generalmente en el primer tercio de la noche. Un solo episodio de un trastorno del sonambulismo puede durar entre 30 segundos y una hora. En promedio, el sonambulismo dura de 5 a 15 minutos. Un trastorno del sonambulismo se asocia con una conversación incoherente, a veces murmurando o usando palabras reales en un orden sin sentido. Una vez despierto, el sonámbulo normalmente no recuerda el episodio.
Existen algunos factores diferentes que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar un trastorno del sonambulismo. Se cree que la genética juega un papel importante en el sonambulismo, lo que significa que tiende a ser hereditario. El estrés es otro factor que puede aumentar las posibilidades de un episodio de sonambulismo. Los cambios importantes en la vida, como el divorcio, el matrimonio o la muerte de un ser querido, aumentan la aparición de sonambulismo relacionado con el estrés.
La fiebre o las enfermedades que afectan el sistema nervioso pueden desencadenar el sonambulismo. El consumo de alcohol y la falta de sueño también aumentan las posibilidades de sonambulismo. También puede ser provocada por cambios hormonales. El embarazo, la pubertad y la menstruación son algunos cambios hormonales que pueden provocar el sonambulismo. Algunos medicamentos, como sedantes, neurolépticos y antihistamínicos, también pueden aumentar las posibilidades de desarrollar un trastorno del sonambulismo.
Un trastorno del sonambulismo es un síntoma de ciertas afecciones médicas. El asma nocturna, las convulsiones nocturnas y la apnea del sueño pueden ser desencadenantes. Las arritmias o ritmos cardíacos anormales también pueden causar sonambulismo. Puede ocurrir debido a un trastorno de estrés postraumático, un trastorno de pánico y trastornos disociativos, así como otros trastornos psiquiátricos.
Los riesgos del sonambulismo giran principalmente en torno a que el sonámbulo se lesione. Los sonámbulos no son conscientes de su entorno a pesar de que normalmente pueden desplazarse por lugares familiares, como su casa. Algunos sonámbulos intentan repetidamente escapar mientras duermen. Esto puede ser muy peligroso si intentan trepar por las ventanas o caminar por calles concurridas.
Un trastorno del sonambulismo no suele requerir ningún tratamiento. El sonambulismo no suele tener consecuencias negativas que requieran tratamiento, a excepción de las lesiones ocasionales por pérdida del equilibrio. Las lesiones se pueden prevenir asegurándose de que el entorno sea seguro y eliminando los peligros de tropiezo del piso. A veces, los tranquilizantes de acción corta pueden ayudar a reducir los episodios de sonambulismo.