La hiposmia es una afección en la que un individuo experimenta una disminución o pérdida completa en la capacidad de oler. Esta pérdida del olfato puede deberse a varios factores de salud, algunos de los cuales pueden tratarse y prevenir cualquier pérdida adicional de la capacidad olfativa. Sin embargo, la pérdida permanente de al menos parte de la capacidad de oler no es inusual.
Existe alguna relación entre la hiposmia y la condición conocida como anosmia. Con anosmia, el individuo es incapaz de detectar olores pero conserva la capacidad de oler en general. Esta condición implica un compromiso total de las capacidades olfativas, incluida la incapacidad para detectar olores y la pérdida del olfato.
Varias condiciones pueden provocar hiposmia. Las alergias son una causa común de pérdida total o parcial del olfato. En algunos casos, cuando se trata la alergia, el individuo comienza a experimentar una capacidad recuperada para reconocer algunos olores, mientras que en otros el sentido del olfato disminuye permanentemente.
Junto con las alergias, este trastorno puede ser causado por algún tipo de trauma en la cabeza, como un accidente automovilístico o una caída. Cuando el trauma es la causa principal, el paciente puede eventualmente recuperarse de la condición, dependiendo de la extensión del daño que tuvo lugar y las secuelas de ese daño. Sin embargo, no hay garantías de que la capacidad olfativa regrese por completo.
Los pólipos nasales son otra causa de hiposmia. Los pólipos pueden causar daño permanente que no se revierte incluso cuando los pólipos se extirpan quirúrgicamente. Sin embargo, la extirpación de los pólipos es importante para preservar cualquier sentido del olfato persistente que el paciente pueda retener en el momento del diagnóstico.
Las infecciones virales también pueden resultar en un estado de hiposmia temporal o permanente. En algunos casos, la pérdida del olfato solo dura mientras la infección esté activa. Una vez que se controla la infección, se restablece la capacidad de detectar olores, a veces por completo. Sin embargo, hay algunos ejemplos de infecciones virales que se dejaron continuar durante períodos prolongados de tiempo, lo que provocó la pérdida permanente del sentido del olfato.
Millones de personas en todo el mundo experimentan esta condición. A medida que avanza la investigación, algunos estudios indican una posible conexión entre la presencia de hiposmia y el eventual desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Se están realizando más estudios para determinar si hay datos suficientes para confirmar que esta condición es, de hecho, una señal de advertencia temprana del Parkinson.
Afortunadamente, cuando la causa subyacente de la pérdida del olfato se detecta desde el principio, existe una buena posibilidad de recuperación. En otros casos, los pacientes aprenden a vivir sin la capacidad de disfrutar el aroma de las flores frescas o los aromas de sus comidas favoritas.