¿Qué es la monocitosis?

La monocitosis es una afección médica en la que hay una elevación en la presencia de un tipo de glóbulo blanco conocido como monocito. Los monocitos se forman en la médula ósea y juegan un papel importante en el funcionamiento normal del sistema inmunológico. Los trastornos inflamatorios, las infecciones y ciertas formas de cáncer son las causas más comunes de monocitosis. Los síntomas comúnmente incluyen fatiga, debilidad, fiebre o una sensación general de enfermedad. El manejo de esta afección implica diagnosticar y tratar la causa subyacente de la elevación de las células sanguíneas, y cualquier pregunta o inquietud sobre casos individuales de monocitosis debe discutirse con un médico u otro profesional médico.

Las afecciones inflamatorias como las infecciones o las alteraciones autoinmunes son las causas principales de la afección. Algunos de los tipos comunes de infección que pueden provocar esta afección incluyen tuberculosis, sífilis y fiebre maculosa de las Montañas Rocosas. Los trastornos autoinmunitarios como el lupus o la artritis reumatoide también pueden provocar monocitosis. Algunos trastornos de la sangre también pueden provocar una gran cantidad de monocitos. El uso de medicamentos recetados, que a menudo incluyen antibióticos o medicamentos esteroides, a veces puede devolver los recuentos sanguíneos a la normalidad, aunque la afección puede volverse crónica en algunos pacientes.

La leucemia o una forma de linfoma conocida como enfermedad de Hodgkin son tipos de cáncer que se sabe que causan monocitosis. Estos cánceres afectan la sangre o la médula ósea y restringen las capacidades naturales del cuerpo para combatir enfermedades. El sistema inmunológico se ve comprometido como resultado de estos cánceres, lo que coloca al paciente en un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves, incluso de tipos de infección normalmente leves.

Por lo general, no hay síntomas específicos asociados con el desarrollo de monocitos elevados. La mayoría de las personas se enterarán de la afección solo mediante el uso de análisis de sangre de rutina o mientras se realizan pruebas para detectar otra enfermedad. Las personas que experimentan síntomas pueden sentirse cansadas o débiles, y en algunos casos se puede desarrollar una fiebre leve. Estos síntomas se confunden fácilmente con una variedad de otras afecciones médicas, lo que a veces conduce a un diagnóstico inexacto si el médico no ordena el análisis de sangre adecuado.

La monocitosis es en realidad un síntoma de algún otro proceso de enfermedad y no una condición médica por sí sola, por lo que las opciones de tratamiento varían ampliamente. El objetivo principal del tratamiento es diagnosticar con precisión la causa subyacente del recuento anormal de monocitos. Los medicamentos recetados suelen tener éxito en casos de infección o inflamación. Las condiciones cancerosas pueden requerir un tratamiento más intensivo, como radiación, quimioterapia o intervención quirúrgica.