¿Qué es la gangrena de Fournier?

La gangrena de Fournier es una infección grave del pene y las áreas circundantes. Es un ejemplo de una infección necrotizante, en la que la piel y el tejido subyacente comienzan a morir y se considera una emergencia médica. Dentro de las 72 horas posteriores al desarrollo de los síntomas iniciales de enrojecimiento y dolor, el paciente puede morir si no se proporciona tratamiento. Los tratamientos incluyen medicamentos para tratar la infección, junto con cirugía para eliminar el tejido muerto.

La causa de la gangrena de Fournier suele ser una infección subyacente, como una infección del tracto urinario. Las personas con sistemas inmunológicos comprometidos y enfermedades crónicas existentes como la diabetes tienen más probabilidades de desarrollar gangrena de Fournier. Los primeros signos de advertencia incluyen enrojecimiento y dolor en la ingle, junto con hinchazón. El paciente también puede experimentar una sensación de tirantez, causada por el estiramiento de la piel a medida que los tejidos de los genitales comienzan a hincharse.

Si se permite que la gangrena de Fournier progrese, el tejido infectado comenzará a morir. Aparecerán llagas rojas y supurantes junto con áreas de oscuridad y decoloración. La infección puede ingresar al torrente sanguíneo y provocar una infección bacteriana sistémica. Esto puede ser fatal si no se trata, y la aparición de tales infecciones puede ser extremadamente rápida. Una vez que la infección ingresa al torrente sanguíneo, se vuelve mucho más difícil de tratar.

Un urólogo suele estar a cargo de la atención de la gangrena de Fournier. El tratamiento comienza con antibióticos agresivos de amplio espectro para detener la infección en su camino, y el paciente necesitará cirugía para extirpar el tejido muerto e infectado. Si este tejido se deja en su lugar, la infección puede continuar causando daño, dañando los genitales y extendiéndose potencialmente a otras partes del cuerpo. En la cirugía, el médico extraerá la mayor cantidad de tejido no saludable posible. Esto puede cambiar la forma y la apariencia de los genitales, lo que lleva a la necesidad de una cirugía reconstructiva después de que el paciente se haya recuperado.

Los pacientes pueden sentirse inicialmente tímidos a la hora de buscar tratamiento para afecciones que involucran los genitales por vergüenza o preocupación por ser amonestados. Con la gangrena de Fournier, es urgente que un médico vea al paciente tan pronto como comiencen a aparecer los síntomas. Cuanto antes un médico pueda diagnosticar la afección y comenzar el tratamiento, mejor será el resultado para el paciente. La intervención temprana puede preservar más genitales, además de reducir el riesgo de desarrollar complicaciones graves. Los urólogos lo han visto todo y están más enfocados en brindar atención inmediata al paciente que en regañarlos.