¿Qué es el moco?

El moco es una sustancia resbaladiza secretada por las membranas mucosas que recubren muchas de las superficies internas del cuerpo, como los pulmones y las fosas nasales. Consiste en proteínas, enzimas antimicrobianas, anticuerpos y sal. Si bien una persona promedio produce alrededor de 4.25 tazas (aproximadamente 1 litro) de secreción cada día, normalmente es bastante delgada e imperceptible. Por lo general, solo cuando el cuerpo se infecta, adquiere la consistencia de taponamiento de las fosas nasales y provocación de tos que hace que muchos corran hacia un profesional de la salud en busca de alivio.

Esta sustancia tiene tres funciones principales: mantener húmedos los tejidos corporales, atrapar cuerpos extraños para prevenir infecciones y atacar las causas de las infecciones existentes. Sus propiedades hidratantes son importantes para la salud y la comodidad de las muchas membranas mucosas del cuerpo. Una vez secretado, forma una especie de escudo de humedad sobre estas superficies, sin el cual las membranas se secarían e irritarían rápidamente.

Si bien la pegajosidad del moco puede ser desagradable, es esta misma propiedad la que permite que la sustancia realice una importante función protectora. Atrapa cuerpos extraños como bacterias en sus pegajosas garras antes de que puedan instalarse en el cuerpo y causar una infección. Una vez que estos cuerpos han sido atrapados, son eliminados por las enzimas antimicrobianas contenidas en la sustancia.

A pesar de los mejores esfuerzos del cuerpo para cortar la infección de raíz, a veces los virus y las bacterias logran invadir y causar enfermedades. Cuando esto sucede, el moco juega otro papel. Sus anticuerpos buscan los cuerpos infectantes y luego los matan.

Es cuando el cuerpo ha sido infectado cuando el moco adquiere las cualidades con las que generalmente está asociado: color verde, consistencia espesa y abundancia aparentemente interminable. Este tono verde es causado por una enzima verde contenida en los anticuerpos. Cuando el cuerpo está infectado, estos anticuerpos se envían en cantidades mayores de lo habitual, lo que le da a la sustancia una coloración notable.

El grosor y el aumento de la producción también son características defensivas que mejoran la capacidad del material para atrapar y neutralizar infecciones. Mientras está en la agonía de un resfriado que gotea o una infección de los senos nasales congestionados, puede ser tentador dejar de lado las secreciones respiratorias con un descongestionante o antihistamínico. Sin embargo, antes de maldecir la sustancia pegajosa, los pacientes deben recordar que desempeña un papel importante en la fabricación y mantenimiento del cuerpo sano.