El desarrollo perceptivo es un aspecto del desarrollo cognitivo que permite a un ser humano joven comenzar a interpretar y comprender la información sensorial. En el primer año de vida, avanza extremadamente rápido. Como indudablemente muchos padres saben muy bien, el desarrollo ocurre a pasos agigantados para muchos niños de esta edad a medida que se relacionan con el mundo que los rodea y aprenden más sobre lo que tocan, ven, huelen, oyen y saborean. El desarrollo de la percepción es la razón por la que los psicólogos y las personas que estudian el desarrollo infantil recomiendan proporcionar a los niños entornos ricos en estímulos.
El proceso de desarrollo perceptivo está muy ligado al desarrollo motor. Por ejemplo, a medida que los bebés crecen, comienzan a poder sostener la cabeza por sí mismos y a girar la cabeza para que sus ojos puedan escanear su entorno. Del mismo modo, la capacidad de gatear y luego caminar brinda oportunidades para un compromiso decidido con el mundo circundante. Por ejemplo, a medida que un bebé desarrolla la destreza manual, puede comenzar a manipular objetos como sonajeros y pelotas.
Algunos aspectos de la percepción están programados y comienzan a manifestarse poco después del nacimiento. Otros, sin embargo, deben perfeccionarse o desarrollarse. Por ejemplo, los recién nacidos no tienen muy buena visión. Sin embargo, en cuestión de semanas, comienzan a discernir entre diferentes patrones, experimentan una agudización y una mejora en la visión del color y pueden rastrear los movimientos. Estar rodeado de materiales enriquecedores, como móviles de colores brillantes y juguetes estampados, fomenta este desarrollo en los bebés.
Estos cambios son una de las cosas que los pediatras controlan en el transcurso de una serie de citas sanas para bebés y niños que están diseñadas para identificar problemas de desarrollo lo antes posible. Si el desarrollo de un niño no sigue los patrones establecidos a través del estudio y la observación de otros niños, puede ser un indicador de que el niño tiene una discapacidad. Por ejemplo, un niño que no responde a los estímulos auditivos o que es inconsistente al responder a ellos puede tener una discapacidad auditiva o un trastorno del procesamiento auditivo.
Los padres pueden crear un entorno que estimule y promueva el desarrollo de la percepción en sus hijos. Proporcionar a los niños información sensorial variada les permite establecer y desarrollar vías neuronales que se utilizarán de por vida. Las actividades que van desde cantar a los niños hasta acurrucarse con ellos pueden ser beneficiosas, al igual que brindarles herramientas de enriquecimiento, como juguetes, obras de arte y oportunidades simples para interactuar con el medio ambiente y con otros seres vivos, desde humanos adultos hasta mascotas domésticas.