La fisura palpebral es el espacio en la esquina del ojo entre los párpados, en el área donde se unen los párpados superior e inferior. Hay algunas variaciones normales en el tamaño y la forma de esta característica anatómica que pueden ocurrir entre poblaciones. Las anomalías de la fisura palpebral están asociadas con ciertas afecciones congénitas. Para los pacientes que experimentan problemas debido a anomalías, la cirugía para corregir el problema la puede realizar un cirujano que se especializa en oculoplásticos, una rama de la cirugía centrada en la reconstrucción y reparación del ojo y el área circundante.
En la mayoría de las personas, la fisura palpebral es horizontal y bastante pequeña, aproximadamente un tercio de la altura y la anchura. Las personas pueden notar que a veces acumula líquidos extruidos del ojo y, como resultado, puede volverse costroso o irritado. En personas con infecciones oculares activas, esta región puede enrojecerse e inflamarse. La longitud de la fisura varía ligeramente entre diferentes poblaciones. Las lesiones en los párpados a veces pueden causar desgarros en el área que pueden distorsionarla o dañarla.
Ciertas anomalías congénitas pueden hacer que esta estructura se incline, generalmente hacia arriba, y puede hacerla más larga o más ancha que en la mayoría de las personas. Estas variaciones son principalmente de naturaleza cosmética y no deberían causar problemas de salud al paciente. También pueden ser un signo de diagnóstico revelador que se puede utilizar en un estudio de un bebé que parece tener una anomalía congénita.
Algunas afecciones asociadas con cambios en la fisura palpebral incluyen trisomías, en las que alguien hereda tres copias de un cromosoma en lugar de dos, así como el síndrome de alcoholismo fetal y la enfermedad de Grave. Por lo general, el paciente tiene una serie de otros síntomas que son indicativos de un problema médico, incluidas otras variaciones en la estructura facial, como una nariz aplastada.
Otros problemas que pueden afectar esta área del ojo incluyen infecciones, inflamación e irritación. También es posible que se formen orzuelos, papilomas cutáneos y forúnculos en la fisura palpebral. Estos pueden ser dolorosos e incómodos para el paciente y pueden provocar irritación del ojo si se les permite crecer. Las opciones de tratamiento pueden incluir gotas para los ojos medicinales para reducir la inflamación y tratar la infección. Mantener los ojos limpios lavándose la cara regularmente con agua tibia o caliente y jabón ayudará a mantener la salud de los ojos y evitará infecciones e irritaciones de los ojos. Es posible que las personas con afecciones oculares crónicas deseen analizar el problema con un oftalmólogo.