Procyon es la séptima estrella más brillante del cielo nocturno. También es una de las estrellas más cercanas al sistema solar, a solo 11.41 años luz de distancia. Se encuentra en la constelación de Canis Minor. Como muchas estrellas, Procyon es parte de un sistema binario que incluye Procyon A y Procyon B. Procyon B es una pequeña estrella enana blanca de tamaño similar a la Tierra (~ 8600 km de diámetro), pero con la mitad de la masa del Sol.
El propio Procyon A es una estrella blanca con 1.5 veces la masa del Sol, el doble de diámetro y 7 veces la luminosidad. Su compañero Procyon B orbita a una distancia similar a la que hay entre el Sol y Urano. Como muchos otros binarios, su existencia fue inferida por datos astrométricos décadas antes de que se confirmara visualmente. Los astrónomos conocieron su órbita en 1861, pero no la observaron hasta 1896.
Procyon es una estrella subgigante, lo que significa que ha fusionado la mayor parte del hidrógeno de su núcleo en helio y está formando rápidamente un centro de helio inerte. Este centro de helio comprimirá fuertemente el hidrógeno sobre él debido a su inmensa gravedad, lo que hará que se fusione más rápido y que la estrella se convierta en una gigante roja. A mitad de su transformación entre una estrella de secuencia principal y una estrella gigante, Procyon se conoce como subgigante. En 10-100 millones de años, un período de tiempo relativamente corto según los estándares de la astrofísica, se hinchará para convertirse en una gigante roja, al igual que nuestro Sol está previsto que lo haga en cinco mil millones de años.
Debido a su cercanía, Procyon ha sido un tema de estudio en el campo emergente de la astrosismología. Se han realizado esfuerzos para observar oscilaciones en el brillo de la estrella, como las experimentadas por nuestro Sol, pero hasta ahora estos esfuerzos no han tenido éxito: la estrella brilla a un ritmo muy constante. Estos hallazgos han desafiado parte de la teoría predominante de las oscilaciones estelares.