El bario es un elemento químico clasificado entre los metales alcalinotérreos. Tiene varios usos, desde fuegos artificiales hasta medicina, generalmente en forma de compuestos como el sulfato de bario. Muchas de estas formas de tóxicos, llevan a los trabajadores que interactúan con él a tener sumo cuidado cuando manipulan este elemento. Los consumidores probablemente estén más familiarizados con la forma utilizada en las suspensiones líquidas para el diagnóstico por rayos X.
En la naturaleza, el bario no se encuentra en estado puro porque interactúa fácilmente con el aire. Cuando está aislado, el elemento toma la forma de un metal blanco plateado suave, aunque se oxida rápidamente cuando se expone al aire. En la corteza terrestre, es aproximadamente el elemento 18 en orden de abundancia y se encuentra en varios compuestos naturales. En la tabla periódica de elementos, el bario se identifica con el símbolo Ba y tiene un número atómico de 56.
La existencia de este metal reactivo se conocía durante al menos un siglo antes de que Sir Humphrey Davy lograra aislarlo en 1808. El nombre del elemento se deriva de la palabra griega para «pesado», una referencia a la alta gravedad específica del elemento. Después del descubrimiento de Davy, se exploraron varios usos del bario y varias empresas se especializan en la extracción y procesamiento de este y de los compuestos naturales del elemento. El sulfato y el carbonato de bario son dos compuestos comunes.
En los fuegos artificiales, el nitrato de bario se utiliza para hacer que los explosivos se vuelvan verdes. Los compuestos del elemento también se utilizan en electrodos, pigmentos, baterías, semiconductores y fabricación de vidrio. En la industria petrolera, se utiliza como peso en los pozos, y el carbonato de bario a veces se utiliza como veneno para roedores. En el entorno hospitalario, los pacientes lo beben para obtener imágenes de rayos X porque es opaco a los rayos X, lo que permite a los médicos ver el estado del esófago, el estómago y el tracto intestinal.
La intoxicación por bario puede causar debilidad muscular, daño renal y problemas del sistema nervioso. Afortunadamente, el metal no se bioacumula, por lo que una vez que se reconocen los síntomas del envenenamiento, la afección puede tratarse y el metal saldrá del cuerpo de la víctima. Las personas corren riesgo tanto por inhalación como por ingestión, y generalmente se encuentra en entornos industriales donde los trabajadores manipulan grandes volúmenes de bario. Este elemento también puede envenenar los suministros de agua, aunque las pruebas de rutina de un suministro de agua deberían detectar esto, junto con otras formas de contaminación.