La mayoría de las investigaciones sobre la seguridad de la azitromicina durante el embarazo sugiere que no aumenta los riesgos para las mujeres embarazadas o los fetos en desarrollo. Sin embargo, el número de estudios es pequeño y los participantes en dichos estudios son limitados, por lo que es posible que el medicamento cause problemas que no se han descubierto con la investigación. Este es un problema común con las evaluaciones de la seguridad de los medicamentos para mujeres embarazadas. Los estudios sobre la seguridad de los medicamentos en esta situación tienden a involucrar a grupos pequeños, y el tamaño limitado de la muestra puede hacer que sea fácil pasar por alto los efectos secundarios potencialmente graves.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos clasifica la azitromicina en el embarazo como Categoría B. Esto significa que los estudios en animales sobre el medicamento no muestran efectos adversos para los fetos en desarrollo o sus madres, y no hay suficientes estudios en humanos para pronunciar el medicamento de manera categórica. a salvo. Los proveedores de atención deben recetar el medicamento después de una cuidadosa consideración y pueden usarlo si no hay alternativas seguras disponibles. La azitromicina también puede ser un problema durante la lactancia, ya que se excreta en la leche.
Este medicamento es un antibiótico de acción prolongada que se puede usar para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Estas infecciones suponen un riesgo claro en cualquier momento, pero especialmente durante el embarazo. Como resultado, un médico puede determinar que los beneficios de recetar azitromicina durante el embarazo superan los riesgos de no tratar a la paciente. Es posible que los medicamentos alternativos no sean tan efectivos o que un paciente tenga alergias a los medicamentos existentes o conflictos potenciales con los medicamentos que los hagan inseguros para su uso.
Los estudios sobre poblaciones de mujeres que usaron azitromicina durante el embarazo muestran que el medicamento no aumentó el riesgo de defectos de nacimiento o complicaciones para la salud materna. En estos grupos, la tasa de defectos congénitos fue similar a la de la población general, que oscila entre el uno y el tres por ciento. Estos resultados sugieren que la azitromicina probablemente sea segura para su uso durante el embarazo, especialmente cuando los ciclos de la medicación se mantienen lo más cortos posible. Las pacientes también deben recibir atención prenatal de rutina para monitorear cualquier complicación del embarazo.
Aquellas personas con inquietudes acerca de la azitromicina durante el embarazo pueden discutirlas con sus médicos. Un obstetra puede tener inquietudes específicas sobre un embarazo en particular que podrían impedir el uso de este medicamento. Los pacientes también deben saber que si tienen antecedentes de abortos espontáneos o un embarazo de alto riesgo, es posible que tengan un aborto espontáneo. Si toman el medicamento y experimentan un aborto espontáneo, pueden solicitar pruebas para determinar la causa probable de la pérdida del embarazo. Si no se puede identificar una causa clara y es posible que haya estado involucrada la azitromicina, pueden discutir la opción de informar el evento a una base de datos sobre reacciones adversas a los medicamentos.