El tratamiento para un pie distendido puede incluir descansar el pie, elevarlo y tomar un analgésico. Un pie torcido puede ser el resultado de una caída, un estiramiento excesivo de los músculos o tendones y una torsión del pie. Además, los síntomas del pie distendido pueden ser leves o graves; sin embargo, el tratamiento generalmente sigue siendo el mismo independientemente del grado de gravedad. Mover el pie lesionado puede causar dolor, al igual que ejercer peso sobre él.
Poner hielo en un pie tenso es una de las opciones de tratamiento más efectivas disponibles para reducir el dolor y la hinchazón. La aplicación de hielo en el pie se puede realizar hasta seis veces al día, durante 20 minutos a la vez. El hielo nunca debe entrar en contacto directo con la piel porque pueden producirse daños en los tejidos o quemaduras por hielo. En su lugar, se puede usar un paquete de verduras congeladas cubiertas con un paño, al igual que una bolsa de hielo. Poner hielo en un pie tenso durante más de 30 minutos seguidos puede empeorar los síntomas y debe evitarse.
Tomar un medicamento antiinflamatorio de venta libre también ayudará a reducir el dolor y la inflamación. En raras ocasiones, un pie torcido requiere el uso de analgésicos recetados. Sin embargo, si el dolor no se alivia con el uso de medicamentos de venta libre, el proveedor de atención médica puede recomendar tomar un analgésico recetado. Elevar el pie lesionado por encima del corazón también es una buena forma de restaurar la circulación y aliviar la inflamación. Colocar almohadas debajo del pie y la pierna afectados lo elevará y también brindará apoyo y comodidad.
Además del dolor y la hinchazón, un pie tensado también puede causar hematomas, que generalmente se oscurecen, antes de aclararse, durante un período de tiempo. Una venda de compresión también puede ayudar a mejorar la circulación y aliviar el dolor y la hinchazón. Es importante que la venda de compresión no se aplique demasiado apretada, ya que esto puede impedir la circulación y retrasar la cicatrización. Cuando existen problemas circulatorios o afecciones médicas como la diabetes, el médico puede controlar la tensión del pie en busca de signos de complicaciones o retraso en la curación.
Ocasionalmente, pueden ocurrir calambres y espasmos musculares como resultado de una tensión en el pie. Estos síntomas son generalmente de naturaleza leve a moderada y suelen ser temporales. Sin embargo, si persisten los calambres musculares, los espasmos de los pies y la limitación severa del rango de movimiento, se debe notificar al médico. A veces, un desgarro de músculo o tendón puede inmovilizar el pie y, en estos casos, puede justificarse una intervención quirúrgica.