La terapia con sanguijuelas se ha utilizado durante miles de años para tratar todo, desde infecciones hasta dolencias estomacales. En los tiempos modernos, se usa comúnmente en varias formas de cirugía, particularmente cuando es necesario un aumento del flujo sanguíneo y una disminución de la coagulación sanguínea. La terapia con sanguijuelas es bastante simple de realizar, pero es mejor que la realice un médico capacitado, ya que es posible que se presenten complicaciones. Para las personas que no están dispuestas a utilizar una sanguijuela viva, existen sanguijuelas mecánicas o sintéticas disponibles.
El tipo de sanguijuela más común utilizado para la terapia de sanguijuelas es el Hirundo medicinalis. Tiene tres juegos de mandíbulas y aproximadamente 100 dientes. La mayoría de las personas afirman que, incluso con su abundancia de dientes, la mordedura de la sanguijuela no duele porque su saliva adormece el área donde se adhiere la sanguijuela. Una vez adherida, la sanguijuela puede chupar de 1 a 3 cucharaditas (5 a 15 ml) de sangre del cuerpo. Hay otros tipos de sanguijuelas que se pueden usar, como Macrobdella decora, pero generalmente contienen mucha menos sangre.
Hay innumerables usos médicos modernos para la terapia de sanguijuelas. Por ejemplo, las sanguijuelas se usan comúnmente para cirugía plástica y cirugía reconstructiva. Son particularmente útiles cuando se vuelven a unir venas diminutas, porque las sanguijuelas evitan que la sangre se coagule. Se han utilizado para las infecciones del oído, como el tinnitus y el infarto cardíaco, para aumentar la circulación a través del corazón. Algunas personas incluso afirman que la terapia con sanguijuelas es útil para aliviar el dolor en personas cuyas rodillas se ven afectadas por la osteoartritis.
Es relativamente fácil para una persona experta realizar una terapia con sanguijuelas. Primero, se limpia el área del cuerpo donde se adherirá la sanguijuela. Luego, la cabeza de la sanguijuela se dirige al área donde debe adherirse. Esto se puede hacer sujetando la sanguijuela con una gasa y dirigiéndola manualmente, o se puede colocar la sanguijuela en el cilindro de una jeringa y dirigirla al área de unión para una mayor precisión.
Una vez que se adhiere, la sanguijuela se alimentará hasta que esté llena. Esto puede llevar desde varios minutos hasta varias horas. Cuando haya alcanzado su límite, la sanguijuela simplemente se separará del cuerpo. El médico debe observar la sanguijuela para asegurarse de que no se mueva a otras áreas del cuerpo. El área que rodea la sanguijuela a menudo se cubrirá con gasa o plástico para evitar tales movimientos.
Si es necesario eliminar la sanguijuela del cuerpo durante la terapia de sanguijuelas, puede hacerlo limpiando suavemente su cabeza con una pequeña cantidad de vinagre, sal o alcohol. Si la sanguijuela se niega a adherirse, se puede aplicar agua azucarada al área como tentación. A algunos pacientes se les puede extraer una pequeña cantidad de sangre para que la sanguijuela se adhiera.
Aunque las complicaciones son relativamente poco frecuentes, existen. Por ejemplo, es posible una infección. Además, algunas personas no deben participar en la terapia de sanguijuelas. Estas personas incluyen aquellas con un sistema inmunológico débil o un trastorno de la coagulación, como la hemofilia.