El carbón activado se ha utilizado para tratar dolencias médicas durante siglos. Actualmente, los usos del carbón activado difieren según estén aprobados por médicos o practicantes de medicina alternativa. Se han realizado estudios sobre la eficacia de los tratamientos con carbón activado y se han estandarizado las dosis para algunas enfermedades. Sin embargo, los profesionales médicos dicen que se deben realizar más investigaciones para confirmar la evidencia de su efectividad en otras enfermedades. Los usos más aceptados del carbón activado son los tratamientos para intoxicaciones y sobredosis.
Algunos médicos tratan a los adultos con dosis orales de laxantes de carbón activado para eliminar los venenos del cuerpo rápidamente; los pacientes que reciben este tratamiento deben ser controlados cuidadosamente para detectar diarrea. La mayoría de los médicos no usan preparaciones laxantes de carbón con niños debido al riesgo de desequilibrio electrolítico. El carbón activado no es un antídoto para todas las sobredosis de medicamentos, pero es eficaz para la quinina, la carbamazepina y los fenobarbitales, entre otros medicamentos que figuran en los registros médicos. Usado como antídoto, el carbón activado absorbe los químicos orgánicos en el estómago antes de que los químicos se propaguen por el cuerpo. Sin embargo, la eficacia como antídoto depende de la cantidad de veneno ingerido y de la rapidez con que se reciba la atención médica.
Los practicantes de la medicina alternativa tienen otros usos para el carbón activado; algunos lo usan como un agente desintoxicante general cuando tratan el uso recreativo de anfetaminas y cocaína, o incluso como un remedio para la resaca por el consumo de alcohol. Además, para aquellos con acumulaciones de toxinas en sus sistemas debido a la exposición a sustancias químicas y tóxicas en el trabajo, los profesionales usan carbón activado junto con dietas especiales y saunas para tratar el sistema inmunológico comprometido. Otros usos del carbón activado incluyen la lucha contra patógenos sanguíneos como virus, bacterias dañinas e infecciones sistémicas.
Además, los usos médicos más experimentales del carbón activado siguen siendo controvertidos. Uno de estos usos tiene como objetivo reducir el flujo de bilis en mujeres embarazadas. Algunos farmacéuticos y tecnólogos clínicos recomiendan su uso para la reducción de gases intestinales. Otros profesionales de la salud incluso creen que el carbón activado puede ser eficaz para limpiar la sangre del colesterol; La evidencia no ha sido concluyente en las primeras pruebas de este uso de una preparación oral del compuesto.