¿Qué es risperidona?

La risperidona es un medicamento antipsicótico que un médico puede recetar para el tratamiento de diversas afecciones psiquiátricas. Este medicamento pertenece a la clase de medicamentos conocidos como antipsicóticos atípicos o antipsicóticos de segunda generación, y debe tomarse bajo la dirección de un médico. Existen algunos efectos secundarios neurológicos potencialmente graves asociados con este medicamento que es importante discutir con un médico antes de comenzar o detener la terapia.

Este fármaco actúa sobre la química cerebral del paciente. Si bien se usa principalmente para tratar la psicosis en pacientes con afecciones como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, a veces también puede ser útil para pacientes autistas con irritabilidad severa y cambios de humor, así como para pacientes con algunas formas de depresión y síndrome de Tourette. Este medicamento no es seguro para su uso en adultos mayores con síntomas de demencia, ya que puede causar complicaciones.

Los pacientes que toman risperidona tienden a tener dificultades con la termorregulación y pueden enfriarse o sobrecalentarse rápidamente. También son más sensibles a la luz solar y pueden experimentar efectos secundarios como somnolencia y mareos. La sensibilidad al sol hace que los pacientes sean más propensos a sufrir quemaduras, y es importante usar protección adecuada al aire libre mientras se toma este medicamento y durante varias semanas después de tomarlo, para asegurarse de que se aclare por completo el sistema.

Neurológicamente, la risperidona está asociada con una condición llamada discinesia tardía, donde el paciente puede comenzar a experimentar movimientos involuntarios incontrolados. Estos pueden no resolverse después de suspender el medicamento. Los pacientes también pueden experimentar otros síntomas neurológicos como entumecimiento, control motor deficiente y dolor en los nervios. Es importante discutirlos con un médico tan pronto como aparezcan para hablar sobre las opciones para controlarlos, incluido el cambio a un medicamento diferente.

Este medicamento debe tomarse exactamente como se indica y no debe compartirse con otras personas. Los estudios en mujeres embarazadas y lactantes que toman este medicamento no han sido concluyentes, y estas pacientes deben discutir los posibles riesgos y beneficios con un obstetra antes de comenzar el tratamiento con risperidona. Las dosis para niños son diferentes a las de los adultos, y los estudios sobre el uso del fármaco en niños también son incompletos, por lo que es importante proceder con precaución cuando se trata de pacientes pediátricos.

Un paciente puede tomar otros medicamentos junto con risperidona. Es importante revelar todos los medicamentos que se usan actualmente para que un médico pueda identificar posibles conflictos de medicamentos. También es posible reducir los medicamentos cambiando las prescripciones del paciente, reduciendo el riesgo de interacciones medicamentosas dañinas y facilitando que el paciente recuerde tomar sus medicamentos.