La colistina es un antibiótico que se utilizó por primera vez en medicina en 1959. Aunque el fármaco cayó en desgracia en la década de 1970 debido a la posibilidad de efectos secundarios graves, los médicos a principios del siglo XXI volvieron a utilizar el fármaco para combatir las infecciones causadas por organismos resistentes a fármacos más modernos. La colistina inhalada se usa principalmente como tratamiento para las infecciones pulmonares de personas con fibrosis quística, pero también puede usarse para tratar infecciones pulmonares en otras personas que no responden a otros antibióticos.
La resistencia a los antibióticos es un problema importante al que se enfrenta la medicina. El término «resistencia» describe una situación en la que una especie bacteriana solía ser destruida por un antibiótico en particular, pero ahora es inmune. Esto plantea problemas cuando una persona está infectada con bacterias y los tratamientos habituales no funcionan. Para combatir esto, los médicos deben tener otros antibióticos en reserva, que pueden curar la infección.
La colistina inhalada es un ejemplo de un antibiótico que un médico puede tener que usar en lugar de los tratamientos regulares para curar una infección. La colistina es eficaz para matar las bacterias que forman parte del grupo Gram negativo. Este grupo de bacterias contiene algunos de los organismos infecciosos más importantes. Un ejemplo es Pseudomonas aeruginosa, que puede ser letal para las personas con fibrosis quística.
La principal razón por la que se rechazó la colistina en favor de otros medicamentos fue por motivos de seguridad. Puede causar daño a los riñones y al sistema nervioso. Sin embargo, las personas que padecen infecciones peligrosas de los pulmones pueden, en general, preferir correr el riesgo de sufrir efectos secundarios frente a los efectos potencialmente letales de la infección. La ventaja de la colistina inhalada sobre la colistina intravenosa para las infecciones pulmonares es que el medicamento en aerosol puede llegar directamente a los tejidos afectados, pero un médico también puede administrar un antibiótico en forma de inyección para que el medicamento llegue a todo el cuerpo.
Generalmente, el uso principal de colistina inhalada, a partir de 2011, es para personas con infecciones pulmonares resistentes a los medicamentos que también padecen fibrosis quística. A veces, sin embargo, el medicamento también se puede usar en personas que no tienen fibrosis quística, pero que tienen infecciones pulmonares potencialmente mortales, como neumonías. En estos casos, la colistina inhalada puede usarse como último recurso, debido al riesgo de efectos secundarios graves. Otro uso potencial de la colistina inhalada, a partir de 2011, es en la preparación de pacientes con trasplante de pulmón para la cirugía. Teóricamente, la colistina puede eliminar las cepas de bacterias existentes que son resistentes a muchos antibióticos, de modo que cuando el paciente recibe el nuevo pulmón, la probabilidad de infección con bacterias resistentes a los medicamentos disminuye.