El sulfato de magnesio es un compuesto químico que contiene una mezcla de magnesio, oxígeno y azufre. Tiene una amplia gama de aplicaciones médicas, así como usos en otros entornos, y es producido comercialmente por varias compañías farmacéuticas. Además de venderse para uso en hospitales y clínicas, generalmente en un formato diseñado para inyección, también está disponible sin receta en formulaciones como las sales de Epsom.
Clínicamente, el sulfato de magnesio se puede usar en el tratamiento de personas con bajo nivel de magnesio, un desequilibrio electrolítico potencialmente fatal. También se usa en mujeres embarazadas para tratar convulsiones, preeclampsia y trabajo de parto prematuro, donde se puede administrar con otros medicamentos para estabilizar a la paciente. Los niños con enfermedad renal grave pueden ser tratados con sulfato de magnesio, entre otros medicamentos, y también puede administrarse como laxante, como tratamiento para ciertos tipos de intoxicación y como tratamiento para las arritmias cardíacas.
Los pacientes pueden recibir una cantidad excesiva de este medicamento, lo que causa presión arterial baja, colapso circulatorio y problemas con el sistema nervioso central. Las dosis deben calcularse cuidadosamente, considerando el peso del paciente, así como la salud renal del paciente, porque el sulfato de magnesio se expresa a través de los riñones. Las sobredosis pueden ser fatales, a veces extremadamente rápido.
También existen algunos usos de este medicamento en dermatología. Las personas con piel irritada a veces encuentran que sumergirse en sales de Epsom alivia el dolor y el dolor, además de tratar la sequedad y la inflamación. El sulfato de magnesio tiene un efecto deshidratante y se puede aplicar a las lesiones cutáneas para secarlas, como se observa en el tratamiento de las verrugas. Las personas con irritación alrededor de los genitales, incluidas las verrugas genitales y las fisuras anales, a veces se sumergen en un baño de asiento con una mezcla de sulfato de magnesio para aumentar su comodidad.
Si un médico recomienda el sulfato de magnesio, es aconsejable preguntar por qué se prescribe y cómo se debe utilizar. Las personas que lo utilicen en casa deben asegurarse de guardarlo en un lugar seco y fuera del alcance de los niños y las mascotas, ya que podrían ingerirlo y enfermarse gravemente. En los casos en que las personas usen este compuesto terapéuticamente en casa y experimenten problemas como mareos, fatiga o desmayos, deben suspender su uso y consultar a un médico, ya que es posible que hayan absorbido una cantidad peligrosa a través de la piel. Con hidratación para ayudar a los riñones a eliminarlo, el paciente generalmente puede corregir el desequilibrio electrolítico y volver a un estado saludable.