Un depurador industrial es un dispositivo que se utiliza para eliminar la contaminación de las chimeneas y los sistemas de escape. El sistema depurador evita que los productos químicos y los vapores nocivos entren en la atmósfera, y muchos están diseñados para capturar tanto gases como partículas sólidas. El control adecuado de la contaminación del aire ayuda a reducir las emisiones de carbono y otras emisiones, que a la larga pueden reducir los efectos del agotamiento del ozono y el calentamiento global.
Cualquier planta industrial o instalación de fabricación puede instalar un depurador industrial para reducir la contaminación del aire de las chimeneas. Estos sistemas de depuración son particularmente relevantes para las fábricas que utilizan productos químicos nocivos o gases peligrosos durante la producción. Un depurador industrial también puede reducir las emisiones de los conductos de humos de los hornos u otros sistemas de escape, incluso aquellos que no están asociados con vapores o productos químicos tóxicos.
Una vez que el aire de escape sale de un horno o pieza de equipo de fabricación, pasa a través de la red de conductos del edificio antes de ingresar al depurador. Un depurador industrial recoge cualquier material potencialmente dañino del aire y luego libera el aire limpio a través de una chimenea o un conducto de ventilación. Algunos sistemas también contienen un serpentín de recuperación de calor que recoge la energía térmica del aire para que pueda transferirse de nuevo a la unidad de calefacción del edificio para su reutilización.
Los materiales peligrosos recolectados por un depurador industrial pueden manipularse utilizando una de tres técnicas básicas. Muchos se envían a una instalación de reciclaje para su manipulación y reutilización seguras, mientras que otros se neutralizan y eliminan a través de los canales de residuos habituales. Otros más se recirculan a través de la planta y se reutilizan en procesos de fabricación internos.
Hay dos tipos básicos de sistemas de depuradores industriales, clasificados como «húmedos» o «secos». Los sistemas húmedos utilizan agua o productos químicos líquidos para recoger las sustancias contaminantes del aire de escape. Estos sistemas funcionan con materiales sólidos y gaseosos, e incluso pueden manejar materiales corrosivos. Los sistemas de lavado en seco utilizan productos químicos para absorber o disolver materiales peligrosos en el aire y funcionan mejor con materiales gaseosos que con partículas de desechos sólidos.
Los depuradores industriales aportan numerosos beneficios al medio ambiente. Ayudan a prevenir el calentamiento global y la lluvia ácida mientras mantienen altos los niveles de calidad del aire. Al reducir las emisiones peligrosas, protegen a los residentes cercanos de posibles problemas de salud causados por estos materiales. Los depuradores también reducen los olores y evitan que materiales peligrosos contaminen la tierra o las vías fluviales locales.
Los sistemas de fregado requieren mucho mantenimiento para funcionar correctamente. Deben limpiarse con regularidad y todos los filtros o dispositivos de recolección de material deben vaciarse o reemplazarse. Un depurador mal mantenido no solo es ineficaz, sino que puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias que causan enfermedades.