¿Qué es un solvente?

Un solvente es una sustancia en la que alguna otra sustancia, llamada soluto, puede disolverse para formar una solución. Tanto el solvente como el soluto pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos, pero los solventes líquidos y los solutos líquidos o sólidos son los más comunes y útiles. Estas sustancias se utilizan comúnmente en procesos químicos industriales, en una variedad de experimentos y procesos en química y en algunos productos químicos domésticos. Los disolventes no son universales; se deben usar diferentes tipos de sustancias para disolver diferentes solutos. La cantidad de soluto que puede disolverse en una sustancia determinada depende en gran medida de la temperatura, el volumen o la proporción de masa y varias propiedades químicas de las sustancias involucradas.

La solubilidad, o tendencia de una sustancia a disolverse en otra sustancia determinada, depende en gran medida de la polaridad, que está determinada principalmente por la distribución de electrones a través de una molécula. Los químicos tienden a seguir una regla básica que generalmente se formula como «lo similar se disuelve como lo similar». Esto significa que es probable que un soluto polar se disuelva en un solvente polar, mientras que un soluto no polar es probable que se disuelva en un solvente no polar. Otras propiedades, como el volumen y la temperatura de las sustancias involucradas, también son determinantes importantes de la solubilidad, pero la polaridad suele ser el factor más importante.

Tanto en la ciencia como en la industria, es importante determinar las mejores condiciones para disolver un soluto. Los solutos y los solventes pueden ser bastante costosos, particularmente cuando se usan en grandes cantidades, por lo que elegir la mejor sustancia y las mejores condiciones de temperatura para disolver un soluto puede ahorrar una gran cantidad de dinero. En algunos casos, esto implica el uso de un exceso de disolvente para garantizar que todo el soluto se disuelva, ya que a menudo se desperdicia el soluto no disuelto. En algunos casos, los disolventes se pueden reutilizar después de procesos químicos, mientras que en otros, son inutilizables y deben desecharse.

Los usos de los disolventes son bastante numerosos, incluso fuera de los entornos industriales y científicos; muchos productos químicos para limpieza o uso personal, por ejemplo, contienen disolventes. Se utilizan en detergentes, jabones, disolventes de pintura y una variedad de otros productos químicos domésticos, en particular los que se utilizan con fines de limpieza. Algunos productos para el cuidado personal, como el quitaesmalte de uñas, también tienen una base química de solventes. La mayoría de los disolventes, además del agua, que se utilizan en los hogares, la industria y los laboratorios son orgánicos, lo que significa que contienen carbono y, en la mayoría de los casos, hidrógeno. También se utilizan algunos inorgánicos, pero estos se utilizan casi exclusivamente para la investigación en química.