El hierro corrugado se encuentra en revestimientos de paredes y materiales para techos en todo el mundo. El hierro, que se encuentra en grandes láminas cuadradas, consta de crestas y valles para dar resistencia al hierro contra la flexión. El hierro corrugado se coloca fácilmente en su posición colocando uno de los bordes elevados de una hoja sobre el borde elevado de otra hoja. Las crestas alinean las dos hojas a la perfección y los puntos planos bajos de las hojas proporcionan un área para clavar o atornillar al sujetar la hoja en su lugar.
Algunos tipos de hierro corrugado pesado se utilizan como contrapiso al verter hormigón. Este tipo de hierro se suelda típicamente en su posición. Las corrugaciones permiten que el piso sea estructuralmente sólido ya que el hierro proporciona resistencia a la flexión y se colapsa bajo el peso del concreto. El hierro corrugado se puede encontrar en prácticamente todos los países del mundo y en casi todos los tipos de edificios imaginables.
Si bien algunos tipos de láminas de hierro corrugado se denominan comúnmente estaño corrugado, los materiales reales que se utilizan en la fabricación de las láminas son el hierro laminado extremadamente delgado. Sin embargo, existen muchos tipos diferentes de láminas de hierro producidas en la línea de cartón ondulado. Una de las variaciones más utilizadas del producto se presenta en forma de hierro galvanizado. Este producto resiste la oxidación y se utiliza en climas más duros.
Si bien el hierro corrugado es más conocido por su uso como material para techos, muchos edificios se ensamblan completamente con este material versátil. La capacidad de arrojar lluvia, sus características impermeables lo convierten en un material de construcción resistente a la intemperie. A medida que las láminas se superponen, se aplica una pequeña gota de sellador de silicona a la junta, creando así una costura impermeable al viento. La resistencia heredada de las láminas corrugadas requiere menos montantes de pared y vigas de techo al construir un cobertizo pequeño o un edificio exterior.
Las láminas son uno de los materiales de recubrimiento sintéticos más antiguos que existen. Su uso se remonta al siglo XIX en Gran Bretaña, donde se fabricó y patentó por primera vez. La simplicidad del diseño y la facilidad de aplicación lo convierten en el producto perfecto para ser utilizado en conjuntos de construcción prefabricados. La facilidad de mantenimiento, que no requiere nada más que lavar los escombros con agua, lo convierte en una opción óptima para muchos proyectos de construcción.