Todos lo hemos hecho: te enojas mucho por algo y prometes vengarte, con un correo electrónico cáustico, una perorata en Facebook o alguna otra rabieta en línea que realmente regañe a ese colega irritante o pariente molesto. Pero un estudio de 2015 realizado por Brad Bushman, profesor de comunicación y psicología en la Universidad Estatal de Ohio, que se publicó en el Boletín de Personalidad y Psicología Social, sugiere que algo así empeora las cosas. En lugar de lograr una sensación de liberación, el estudio descubrió que desahogar nuestro enojo en Internet generalmente nos enoja más y nos hace más agresivos.
Piense antes de escribir:
La Clínica Mayo sugiere que después de que se calme, debe expresar su frustración de una manera asertiva pero sin confrontación. Exprese sus preocupaciones y necesidades de forma clara y directa, sin herir a los demás.
La actividad física puede ayudar a aliviar la necesidad de enojarse. Si siente que la ira va en aumento, dé una caminata rápida o corra una milla o dos.
Los descansos breves ayudan durante momentos estresantes. Un poco de tiempo en silencio puede ayudarlo a sentirse mejor preparado para manejar lo que se avecina sin enojo ni irritación.