Ser víctima de un crimen o acto de la naturaleza es una experiencia terrible, a menudo plagada de sentimientos y mensajes contradictorios. A algunas personas se les dice que ser victimizadas es un signo de debilidad, o que alguien que se siente psicológicamente dañado o asustado después de una mala experiencia está jugando con una «mentalidad de víctima». Puede resultar difícil encontrar fuentes positivas y eficaces de apoyo a las víctimas, pero muchos expertos en salud mental insisten en que es vital para un proceso de recuperación saludable. Hay muchas fuentes diferentes de apoyo a las víctimas, y la más útil dependerá en gran medida de la persona en la situación.
Algunas personas que han sido víctimas de un crimen o una situación desafortunada encuentran consuelo en la terapia grupal o privada. En la terapia privada, una persona puede discutir sus miedos, sentimientos y preocupaciones con un consejero experimentado que puede ayudarlo a encontrar un camino a través de los problemas. Puede ser una buena idea encontrar un terapeuta que se especialice en el tipo de problema que enfrenta un cliente, para aprovechar al máximo esta fuente de apoyo a las víctimas. La terapia de grupo le permite a una persona discutir sus problemas con otras personas que han experimentado situaciones similares. Esto puede ayudar a algunas personas a sentirse menos aisladas y a encontrar esperanza en quienes han sobrevivido a la misma situación.
Si bien algunas fuentes de apoyo son para situaciones psicológicas, otras se ocupan de las consideraciones prácticas que siguen a un delito o acto de victimización. La mayoría de las comunidades tienen organizaciones locales que ayudan a proporcionar refugio, atención médica e incluso asistencia financiera a las víctimas. Estas organizaciones a menudo son específicas de la situación, como un programa de asistencia para el abuso sexual, un refugio para mujeres maltratadas o departamentos locales de servicios humanos. A veces, encontrar personas que puedan ayudar con las necesidades básicas puede ser de gran ayuda para una persona o familia traumatizada.
Además de ayudar con las necesidades humanas básicas, algunos grupos de apoyo a las víctimas también pueden ayudar con problemas legales. Algunas organizaciones brindan acceso a expertos legales y defensores de víctimas, quienes pueden ayudar a una persona victimizada a comprender y perseguir sus opciones legales. Si una persona es víctima de un crimen, puede ser importante para él o ella ver al criminal detenido y llevado ante la justicia. Los grupos de ayuda legal para víctimas de delitos a veces pueden brindar representación legal gratuita o de bajo costo para ayudar con este proceso.
Los amigos y la familia pueden ser o no una buena fuente de apoyo para las víctimas. Incluso para las personas con fuertes lazos familiares y amistades cercanas, puede ser difícil o incluso sentirse vergonzoso explicar una situación terrible. También es importante recordar que la mayoría de los amigos y familiares no son profesionales capacitados y pueden tener reacciones negativas o inútiles en algunos casos. A menudo, sin embargo, los amigos y la familia pueden ser de gran apoyo emocional y uso práctico, ya que brindan cuidado de niños, ayuda con la vivienda o las facturas y simplemente una oportunidad para hablar. Aquellos que no están seguros de cómo abordar el tema con amigos y familiares pueden querer elegir al amigo o pariente personal más confiable y confiable, y pedir su consejo sobre cómo proceder con el resto del círculo familiar.
Para encontrar fuentes locales de apoyo a las víctimas, comuníquese con el departamento regional de servicios humanos o busque apoyo a las víctimas en línea. El apoyo oportuno puede marcar una gran diferencia en el proceso de recuperación, y los expertos a menudo sugieren que el asesoramiento comience de inmediato. Si una persona se encuentra en una situación peligrosa o abusiva, lo más importante puede ser salir de la situación de inmediato y llegar a un lugar seguro. Nunca subestime la idea de simplemente ir a una estación de policía, ya que puede ser una buena fuente de información de apoyo a las víctimas y puede proteger físicamente a una víctima o familia de un agresor.