La teoría realista del conflicto postula que los grupos tienden a tener más fricciones entre sí cuando compiten por los recursos y serán más cooperativos entre sí si se sienten solidarios o tienen metas unificadas. Este es un concepto de psicología social y se cree que explica parcialmente cómo se desarrolla el prejuicio. El ejemplo más famoso de esta teoría se exploró en un experimento llamado Robber’s Cave, realizado por Carolyn y Muzafer Sherif en la década de 1950. Desde entonces, otros psicólogos sociales han evaluado múltiples aspectos de este concepto y cómo impacta las interacciones grupales de muchas maneras.
Existen numerosos ejemplos de teoría realista del conflicto en acción en las oleadas de inmigración a los Estados Unidos. Cuando un nuevo grupo de inmigrantes de un origen étnico específico llegaba en gran número, los miembros del grupo a menudo se encontraban con profundos prejuicios porque eran vistos como competidores por recursos como trabajos. Con el tiempo, esta discriminación desaparecería, pero podría reavivarse si se pensara que un grupo constituye una amenaza constante. Los inmigrantes japoneses, por ejemplo, se enfrentaron a un prejuicio extremo y al internamiento durante la Segunda Guerra Mundial, y muchas personas de ascendencia árabe fueron discriminadas después de los ataques terroristas contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
También hay muchos casos históricos en los que los grupos cooperaron juntos y formaron mayores vínculos. La creación de sindicatos de trabajadores a menudo reunió a inmigrantes de muchos grupos que anteriormente se habían caracterizado por relaciones muy conflictivas. La afiliación a partidos políticos también creó objetivos compartidos entre diferentes grupos.
Estos ejemplos y muchos otros despertaron la curiosidad sobre la naturaleza del conflicto entre grupos. Para estudiar esto más a fondo, los psicólogos sociales Carolyn y Muzafer Sherif diseñaron un experimento llamado Robber’s Camp con dos campamentos de niños preadolescentes. Los dos grupos primero se desconocían el uno del otro y se estudiaron cómo se unieron y formaron vínculos dentro del grupo.
Después de unos días, ambos campamentos se conocieron y se introdujeron una variedad de actividades destinadas a aumentar la fricción y la competencia entre los dos grupos. Esto condujo a una expresión casi inmediata de solidaridad grupal y discriminación intergrupal. El aumento de la tensión fue tan profundo que la segunda fase tuvo que interrumpirse después de unos días.
La tercera parte del experimento de la teoría del conflicto realista de los Sherif fue presentar a ambos grupos objetivos compartidos que solo podrían obtener mediante la cooperación. A medida que los grupos comenzaron a trabajar juntos, se desarrolló el aprecio compartido y la solidaridad. Al final del estudio, se habían creado fuertes lazos entre los dos campos.
Ha habido muchos otros estudios desde los Sherifs que parecen confirmar la teoría realista del conflicto. Además, algunas investigaciones han demostrado que el conflicto no tiene por qué ser necesariamente real. La competencia percibida por los recursos, exista o no una competencia real, puede ser suficiente para causar una fricción significativa entre los grupos.
La teoría realista del conflicto puede explicar parcialmente la tensión y la discriminación grupales. También es importante reconocer que plantea una solución a los conflictos entre grupos. La identificación de objetivos comunes puede comenzar a eliminar algunas discriminaciones y promover una mayor armonía intergrupal.