Los intestinos se abastecen en gran medida de sangre de tres arterias principales conocidas como arterias mesentéricas. Cuando hay un bloqueo en una o más de estas arterias, el flujo sanguíneo intestinal disminuirá considerablemente o se detendrá por completo. La isquemia mesentérica es el nombre de la afección que ocurre cuando esto sucede. La pérdida de la circulación sanguínea intestinal puede provocar una situación potencialmente mortal. Como resultado, las personas con sospecha de isquemia mesentérica deben obtener ayuda médica inmediata.
La isquemia mesentérica afecta con mayor frecuencia al intestino delgado. Una de las causas de esta afección puede ser la aterosclerosis. Con la aterosclerosis, los depósitos de grasas se acumulan en una o más de las arterias mesentéricas intestinales. Esto puede hacer que las arterias se estrechen, lo que puede restringir en gran medida un flujo sanguíneo suficiente. Los depósitos pueden eventualmente conducir a un bloqueo completo de la arteria mesentérica.
A veces, una persona puede desarrollar isquemia mesentérica debido a una razón no relacionada con las arterias intestinales. Por ejemplo, la presión arterial baja puede ser otra causa de esta afección. Hay muchas razones por las que una persona puede tener presión arterial baja. En muchos casos, la enfermedad cardíaca puede causar una presión anormalmente baja. Las personas que entran en estado de shock y padecen enfermedades crónicas como la enfermedad renal también pueden ser más propensas a tener una presión arterial más baja que la media.
El suministro de sangre a los intestinos también puede interrumpirse debido a coágulos de sangre. Es posible que un coágulo de sangre de cualquier parte del cuerpo se desprenda y viaje a través de la sangre. Si el coágulo termina en cualquiera de las arterias mesentéricas, el flujo sanguíneo de toda la arteria podría verse comprometido. Como resultado de los coágulos, puede desarrollarse isquemia mesentérica.
Un síntoma de isquemia mesentérica puede ser un dolor abdominal intenso que puede aparecer muy repentinamente. El dolor puede ir seguido de diarrea. Algunas personas con esta afección pueden tener heces con sangre, vómitos, desarrollar fiebre y tener el abdomen hinchado que puede ser muy sensible. También puede haber fiebre y pérdida de apetito. Comúnmente, comer puede causar muchos de estos síntomas, lo que puede conducir a un desinterés por la comida.
Se puede realizar una tomografía computarizada (TC), una radiografía o una prueba más invasiva, como un arteriograma, para diagnosticar la isquemia mesentérica. Un anteriograma implica la administración de un tinte en el torrente sanguíneo para identificar con precisión una anomalía arterial, como un bloqueo. Para tratar esta afección potencialmente mortal, los médicos pueden realizar una cirugía para evitar una obstrucción o eliminar un coágulo de sangre de la arteria mesentérica. A algunos pacientes se les puede colocar un stent en la arteria para mantenerla abierta una vez que se haya eliminado la obstrucción. Además, se pueden usar anticoagulantes para prevenir más coágulos.