Una reacción alérgica a la canela puede causar una amplia gama de síntomas, según la gravedad de la alergia y si la canela toca la piel o se ingiere. Algunos de los síntomas más comunes incluyen ojos llorosos, secreción nasal y tos. La irritación de la piel puede provocar varios tipos de dermatitis, incluido el eccema. La hinchazón de la cara o la garganta, especialmente si se acompaña de dificultad para respirar, puede indicar la presencia de una reacción alérgica grave y potencialmente mortal conocida como anafilaxia.
En muchos casos, una reacción alérgica a la canela es tan sutil que puede confundirse con otros problemas, como el resfriado común o las alergias estacionales. Esto es especialmente cierto cuando la canela es un ingrediente agregado en un producto, porque es posible que la persona afectada ni siquiera se dé cuenta de que se ha consumido la especia. Los ojos llorosos y con picazón y congestión o secreción nasal son signos comúnmente reportados de una reacción y generalmente comienzan en cuestión de segundos o minutos después del contacto con la canela. También puede ocurrir tos, fiebre leve o dolor de garganta. Aquellos con enfermedades respiratorias subyacentes, como asma, pueden notar un empeoramiento de los síntomas después de entrar en contacto con esta especia.
A veces, una reacción alérgica puede aparecer en forma de irritación de la piel, conocida médicamente como dermatitis. Esto a menudo implica una afección conocida como eccema, en la que la piel puede picar, pelarse o desarrollar ampollas que se abren. Este tipo de reacción es más común cuando la canela entra en contacto con la piel, aunque las personas con una alergia relativamente leve pueden desarrollar síntomas cutáneos si la canela se ingiere repetidamente.
La anafilaxia puede ocurrir durante una reacción alérgica a la canela, aunque esto no es común. Los síntomas de este tipo grave de reacción alérgica pueden incluir hinchazón de la cara, lengua o garganta, así como dificultad para respirar. Cuando la respiración se vuelve difícil, existe el riesgo de privación de oxígeno al cerebro y otros órganos del cuerpo, lo que puede causar daño cerebral permanente o incluso la muerte en cuestión de minutos, por lo que es crucial obtener asistencia médica de emergencia a la primera señal de estos síntomas. Pueden ser necesarias medidas de soporte vital, como la oxigenoterapia, y es probable que se hospitalice hasta que la salud del paciente se haya estabilizado.