El proxenetismo es la práctica de adaptar declaraciones y acciones públicas para adaptarse a la cultura dentro de un grupo determinado de personas. Esencialmente, la complacencia tiene como objetivo aplacar a las personas que componen el grupo y permitir que el hablante establezca una conexión con el grupo en su conjunto. El proxenetismo es una técnica que se emplea en una serie de profesiones diferentes, en particular la política.
Uno de los ejemplos más citados de complacencia es el candidato político que se postula para las elecciones. Para ganar, el político debe poder obtener suficiente apoyo de los votantes en el momento en que se celebren las elecciones. Esto a menudo significa intentar ganar el apoyo de más de una subcultura dentro de la población. Como resultado, los políticos emplearán el arte de complacer a fin de atraer la atención de una variedad más amplia de personas.
Es importante señalar que el arte de complacer no significa necesariamente involucrarse en decir mentiras. A menudo, complacer implica seleccionar cuidadosamente la verborrea que será interpretada favorablemente por la audiencia, o que no proporcione más que una comprensión parcial de una opinión sostenida por el hablante. Esencialmente, el proxeneta se enfoca en temas que son importantes para la audiencia en cuestión y busca ganarse su favor sin emitir una opinión completa o comprometerse con un curso de acción enfocado.
La práctica de complacer también puede incluir un enfoque de acentuar lo positivo mientras se presta poca o ninguna atención a los temas que probablemente atraigan la atención de la audiencia destinataria. Se presenta información fáctica, pero solo datos seleccionados que crearán una impresión favorable en el oyente. Se evitará cuidadosamente cualquier hecho que pueda enfadar a la audiencia.
El proxenetismo no se limita al ámbito político. Gran parte del trabajo de los esfuerzos de relaciones públicas para artistas, figuras del deporte y otras celebridades públicas implica elegir cuidadosamente los temas correctos y las palabras adecuadas para la ocasión y el entorno. Las empresas suelen emplear técnicas de complacencia para superar la percepción pública negativa de un producto o de la empresa propiamente dicha. Incluso los seres queridos pueden complacer a amigos y familiares de vez en cuando, en un esfuerzo por evitar sentimientos o proteger a un ser querido de las malas noticias.