La anatomía de la garganta consta de cinco partes principales: el esófago, la tráquea, las cuerdas vocales, las amígdalas y la epiglotis. El esófago es el tubo que permite la deglución adecuada. También conocida como tráquea, la tráquea es lo que ayuda a transportar el aire a los pulmones. Las cuerdas vocales, ubicadas en la caja de la voz, son las que ayudan a producir ruido. Las amígdalas son masas de tejido ubicadas en la parte posterior de la garganta, mientras que la epiglotis es un pequeño colgajo que impide que los alimentos ingresen a los pulmones.
Al permitir que una persona trague adecuadamente, el esófago mide aproximadamente 9 pulgadas (23 centímetros) de largo y se encuentra entre la columna vertebral y la tráquea. Es un tubo muscular que va desde la garganta hasta el estómago. Las paredes del tubo se contraen y fuerzan la comida hacia el estómago.
La tráquea es la parte de la anatomía de la garganta que ayuda a llevar aire a los pulmones después de que inicialmente pasa a través de la laringe. Al exhalar, el aire sale de los pulmones, atraviesa la tráquea, luego la laringe y finalmente sale por la nariz y la boca. También se conoce con el nombre de tráquea o, en inglés antiguo, weasand.
Las cuerdas vocales son la parte de la anatomía de la garganta que permite que se escuche la voz de una persona. El cartílago frente a él es lo que se conoce como la «manzana de Adán» en los hombres. Los cordones se tensan más cerca a medida que se habla y la voz de una persona se produce cuando el aire pasa entre los cordones y hace que vibren. Los labios, los dientes y la lengua son lo que ayuda a una persona a formar ese ruido en palabras.
Las amígdalas son bultos de forma ovalada en la parte posterior de la garganta. Algunos piensan que las amígdalas no tienen ningún propósito, pero son la parte de la anatomía de la garganta que se cree que ayuda a filtrar virus y bacterias; sin embargo, es discutible si este es solo el caso en niños menores de un año o si es de todas las edades. La amigdalitis se produce cuando las amígdalas se hinchan, y aunque puede desaparecer por sí sola, los episodios repetidos o los casos graves pueden requerir la extirpación de las amígdalas.
La epiglotis es un colgajo de cartílago que impide que los alimentos lleguen a los pulmones. Durante la deglución, la epiglotis se aplana y cubre la laringe; de lo contrario, el colgajo está en posición vertical y los músculos están relajados. Sin este pequeño colgajo, se produciría asfixia o tos cada vez que se come.