El concepto de outsourcing offshore es uno que causa mucha controversia entre diferentes personas. Algunos consideran que este enfoque para hacer negocios es extremadamente rentable e incluso esencial para mantener una empresa a flote. Otros se oponen a la subcontratación externa, señalando el flujo de trabajos a ubicaciones internacionales y otros factores que a veces conducen a problemas con la prestación de un servicio al cliente de calidad. De hecho, hay una serie de ventajas y desventajas que una empresa debe sopesar antes de tomar la decisión de externalizar una o más funciones a una ubicación internacional.
Los defensores de la subcontratación externa a menudo señalan el hecho de que se puede ahorrar una gran cantidad de dinero con este método. Esto es especialmente cierto con situaciones de fabricación que permiten producir bienes a costos más bajos, debido a impuestos y regulaciones menos estrictos que se aplican en algunos países. Al mismo tiempo, el proceso permite beneficiarse de costos laborales más bajos y la capacidad de renunciar a paquetes de beneficios extensos que serían necesarios en una situación de producción nacional. Los costos de producción más bajos significan que es posible producir cada bien terminado por menos dinero, lo que facilita la venta de esos bienes a precios competitivos en el mercado. Como resultado, la empresa que utiliza la subcontratación externa para la fabricación de bienes puede disfrutar de un mayor margen de beneficio.
También hay beneficios al usar la subcontratación externa para otras funciones. Por ejemplo, el servicio al cliente y el soporte se pueden proporcionar fácilmente utilizando profesionales ubicados en una ubicación internacional. La externalización de TI en alta mar también es una posibilidad, ya que permite a las empresas utilizar la experiencia en tecnología de la información a un costo menor. Otras tareas esenciales en la operación comercial también pueden subcontratarse a una ubicación internacional y acceder de forma remota, incluido el apoyo administrativo, lo que le ahorra a la empresa una gran cantidad de dinero.
Si bien hay una serie de ventajas de la contratación externa, también hay algunos inconvenientes potenciales. Este es especialmente el caso cuando las barreras idiomáticas o culturales complican el proceso de comunicación. Por ejemplo, los clientes que buscan servicio y soporte a través de una línea de servicio al cliente y no pueden entender las respuestas del personal de soporte pueden frustrarse y dejar de hacer negocios con la empresa. Las preocupaciones sobre el impacto de este tipo de subcontratación en la capacidad de una nación para producir eficazmente sus propios bienes internamente también ha provocado una reacción violenta en industrias específicas que crean malas relaciones públicas para las empresas que eligen estas soluciones. Dado que las percepciones públicas pueden afectar las ventas, muchas compañías sopesan los beneficios de la subcontratación externa con el daño potencial a su reputación y sus resultados antes de elegir qué funciones externalizar y cuáles seguir administrando a nivel nacional.
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