A veces denominado control de velocidad o crucero automático, el control de crucero es una característica útil que se incluye en muchos vehículos. Esencialmente, le permite al conductor establecer una velocidad específica para que el vehículo avance, sin la necesidad de presionar manualmente el pie hacia el acelerador para mantener la velocidad deseada. Muchos conductores consideran que esta característica es ideal para largos períodos de manejo, especialmente en carreteras y otros tramos de ruta que atraviesan áreas abiertas.
La base para el control de crucero en realidad es anterior a la invención del automóvil. En 1788, Matthew Boulton y James Watt desarrollaron un control de velocidad para máquinas de vapor. Diseñado para su uso en barcos de vapor, este dispositivo inicial se conocía como speedostat y estaba destinado a ayudar a ajustar la velocidad de la embarcación en función de la cantidad de carga. Utilizando el principio de la fuerza centrífuga para ajustar el acelerador de la embarcación, el dispositivo tuvo un éxito modesto durante el siglo XIX.
Después de la invención del automóvil, pasaron varias décadas antes de que se hiciera un trabajo serio en una función de control de crucero. Ralph Teetor inventó el primer control de crucero viable para automóviles en 1945. Sin embargo, pasarían más de diez años antes de que cualquier fabricante de automóviles considerara agregar la característica a cualquier vehículo. En 1958, Chrysler se convirtió en el primer fabricante de automóviles en ofrecerlo como una característica de lujo en el Imperial. En la década de 1970, se encontró en vehículos fabricados por todas las principales marcas y modelos.
Al igual que muchas características, el control de crucero tiene varias ventajas. Usarlo en recorridos largos que involucran tramos de distancia donde hay poca o ninguna población a lo largo del camino hace posible que el conductor disfrute el recorrido sin preocuparse por calambres en el pie o la pantorrilla. Otra ventaja es la mayor tasa de eficiencia de combustible que se logra al usarlo. Los speeders también pueden beneficiarse del uso de una función de control de crucero, ya que los controles se pueden configurar en el límite de velocidad y evitar el potencial de ser detenido por exceder el límite de velocidad.
Hay varios casos en los que esta característica no debe utilizarse. Las condiciones climáticas adversas, como la nieve y la lluvia torrencial, son situaciones en las que el conductor debe estar preparado para responder de inmediato. Los preciosos segundos que se requieren para desactivar el control de crucero y comenzar a ajustar la velocidad del automóvil pueden ser la diferencia entre evitar un accidente o sufrir lesiones graves. Además, su uso en carreteras que se caracterizan por un terreno que sube y baja puede conducir a una disminución en la eficiencia del combustible. Junto con estas condiciones en el camino abierto, no es prudente usar el control de crucero en áreas pobladas, como ciudades o pueblos. De hecho, muchas jurisdicciones han establecido leyes que hacen que sea ilegal usar esta función dentro de los límites de la ciudad.