¿Qué fue la Guerra de los Seis Días?

Como ejemplo de las tensiones en curso en el Medio Oriente, la Guerra de los Seis Días es un estudio sobre cómo iniciar un conflicto armado, así como cómo terminar uno rápidamente. Aquí hay información sobre los eventos que llevaron a la Guerra de los Seis Días, y cómo esta guerra árabe-israelí de 1967 todavía tiene repercusiones en la actualidad para todas las partes interesadas.
Si bien las tensiones políticas y religiosas han sido durante mucho tiempo un sello distintivo de las relaciones entre árabes e israelíes, muchos sienten que los factores que llevaron al conflicto abierto de la Guerra de los Seis Días tienen sus raíces en los eventos que ocurrieron en el año 1965. Comenzando temprano en ese año y continuando hasta la declaración de la guerra de junio en 1967, los ataques palestinos en las fronteras de Israel crearon tensiones elevadas que ya se estaban gestando por conflictos anteriores.

Con sede en Siria, se entendió que estos ataques fronterizos se llevaron a cabo bajo los auspicios de la Organización de Liberación de Palestina y afectaron no solo a Israel, sino también a Jordania y el Líbano. Siria, por temor a represalias e invasiones de Israel, pidió el apoyo de Egipto. Luego, Egipto trasladó tropas de la península del Sinaí y las reubicó a lo largo de las fronteras sirias. Al mismo tiempo, Egipto también firmó un acuerdo de defensa mutua con Jordania, que garantiza el apoyo mutuo en caso de un ataque de Israel. Los acuerdos entre las tres naciones árabes prepararon el escenario para que surgiera la Guerra de los Seis Días.

Rodeado por aquellos que eran vistos como enemigos en alianza contra Israel, se tomó la decisión de atacar y atacar con fuerza. El 5 de junio de 1967 comenzó la Tercera Guerra Árabe-Israelí. En poco tiempo, Israel había capturado la península del Sinaí, la ciudad vieja de Jerusalén, la Ribera Occidental del río Jordán, los Altos del Golán y la Franja de Gaza. El éxito inicial de Israel durante la Guerra de los Seis Días a veces se recuerda como An Naksah, o «El revés», en la historia palestina. Con una combinación de estrategia y ejércitos y poder aéreo altamente competentes, Israel se propuso hacer que lo que se conocería como la Guerra de los Seis Días fuera un asunto breve.

La fuerza aérea egipcia sufrió daños importantes antes de que pudiera llegar al aire y quedó paralizada desde el principio. Asimismo, las fuerzas aéreas sirias y jordanas sufrieron graves daños. El ataque preventivo de Israel había sido eficaz y la Guerra de los Seis Días llegó a su fin el 10 de junio de 1967.

Desafortunadamente, el conflicto entre las naciones árabes e Israel continuó, en parte por los territorios ocupados que Israel reclamó de la guerra. La intervención de las Naciones Unidas hizo poco para aliviar los problemas, ya que las versiones francesa e inglesa del esfuerzo de la ONU para llegar a una solución amistosa no se leían exactamente igual. El resultado final fue que Israel afirmó que cumplía con la versión en inglés de la Resolución 242 y no vio más necesidad de discutir el asunto. Todavía en 1982, la cuestión de la resolución seguía siendo un problema.

De hecho, las relaciones entre Egipto, Jordania, Siria e Israel todavía son tensas hoy, sin una resolución real a la vista. Si bien la Guerra de los Seis Días actuó como un medio para que Israel demostrara su competencia en la batalla y la estrategia, además de permitir una Jerusalén unificada por primera vez en más de 1800 años, poco más se logró. Aún así, la Guerra de los Seis Días inclinó un poco el equilibrio de poder en el Medio Oriente y llevó a que Estados Unidos reconociera que Israel podría ser un aliado muy valioso.