Bolivia, Filipinas, Mozambique, Georgia y Arabia Saudita son solo algunos de los muchos países soberanos que llevan el nombre de hombres, que van desde políticos y exploradores hasta santos y reyes. Sin embargo, Santa Lucía, una de las islas de Barlovento del Caribe oriental, es el único país que lleva el nombre de una mujer. Los franceses fueron los primeros europeos en asentarse en Santa Lucía, a la que nombraron en honor a Santa Lucía de Siracusa. Santa Lucía fue una joven mártir cristiana que murió en el 304 d.C. durante la persecución de Diocleciano. Es venerada como santa por las iglesias católica romana, anglicana, luterana y ortodoxa.
El milagro de Lucía de Siracusa:
Santa Lucía nació alrededor del 283 d.C. en Siracusa, en la actual Sicilia.
La versión más antigua de la historia de Santa Lucía proviene del siglo V d.C. Se informó que se produjeron muchos milagros a través de su intercesión, incluida la curación del trastorno hemorrágico mortal de su madre.
Durante su vida, Santa Lucía había esperado distribuir su sustancial dote entre los pobres, pero cuando su prometido se enteró de los planes, se quejó a los funcionarios del gobierno, quienes ordenaron su ejecución con una espada.