La Era Progresista fue un período de reforma en los Estados Unidos desde la década de 1890 hasta la de 1920. Fue parte del Movimiento Progresista más amplio, que pide nuevas leyes para mejorar las cambiantes condiciones sociales. Luchar contra la corrupción, garantizar los derechos de voto y mejorar las condiciones de trabajo eran prioridades centrales de la Era Progresista. Muchas reformas de esta época se abrieron paso en la Constitución de los Estados Unidos y continúan dando forma a la sociedad estadounidense en la actualidad.
A raíz de la Guerra Civil estadounidense, la economía de los Estados Unidos todavía se operaba de forma privada en gran medida. Este período de tiempo, a veces llamado la Edad Dorada, se caracterizó por un alto crecimiento de la población, la industrialización y la creación de una red nacional de ferrocarriles y comunicaciones. Tanto los ricos como los pobres acudieron en masa a las ciudades urbanas e industrializadas. Este período también vio el surgimiento de grandes corporaciones petroleras y ferroviarias.
La lucha contra la corrupción fue un objetivo importante avanzado durante la Era Progresista. Los activistas y periodistas intentaron mantener la corrupción fuera de la política exponiendo a los funcionarios corruptos del gobierno de la ciudad. Los progresistas también depositaron su fe en opiniones expertas neutrales y desinteresadas para resolver una variedad de problemas sociales y crear un gobierno más eficiente.
Los derechos de voto constituyeron otro enfoque del Movimiento Progresista. A pesar de la abolición de la esclavitud en 1865, las políticas en torno al voto impidieron efectivamente que ciertos grupos ejercieran su derecho al voto. Algunos estados del sur impusieron una prueba de alfabetización como parte del registro de votantes, un proceso que parecía estar dirigido a los negros analfabetos. El movimiento por el sufragio femenino logró obtener plenos derechos de voto para las mujeres en 1920.
Las condiciones de trabajo para la clase trabajadora se llamaron la atención durante la Era Progresista. La Revolución Industrial sirvió para reemplazar muchos trabajos tradicionales con máquinas, y esto tuvo el efecto de reducir los salarios de los trabajos restantes de la línea de montaje. La novela de 1906 de Upton Sinclair La jungla expuso las duras condiciones de vida y de trabajo que enfrentan los trabajadores pobres en las industrias de envasado de carne estadounidenses. Una preocupación particular para los activistas era cómo las mujeres y los niños trabajaban en las fábricas durante largas horas y por un salario bajo.
Los activistas durante la Era Progresista buscaron hacer que las reformas fueran permanentes modificando la Constitución de los Estados Unidos. La Enmienda 16 implementó el impuesto sobre la renta federal, que proporciona una gran cantidad de ingresos fiscales para el gobierno federal de los Estados Unidos en la actualidad. La 17ª enmienda tenía como objetivo luchar contra la corrupción al exigir que los senadores estadounidenses fueran elegidos popularmente. La 19ª enmienda otorgó a las mujeres el derecho al voto.
La 18ª enmienda prohibió la fabricación, venta y transporte de alcohol. Esta política, llamada Prohibición, fue una de las principales campañas de la Era Progresista; uno de sus objetivos era resistir el poder político de las tabernas. Una vez implementado, se encontró con una gran oposición y subversión. La enmienda fue derogada en 1933.