¿Cuál es la conexión entre RSD y CRPS?

La distrofia simpática refleja (RSD) es un síndrome de dolor complejo en el que el sistema nervioso simpático sobreactúa o falla, lo que hace que una persona experimente una serie de síntomas dolorosos. La afección generalmente afecta la piel, el sistema nervioso, los vasos sanguíneos y los huesos. En 1993, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) cambió el nombre de RSD a Síndrome de dolor regional complejo (CRPS). Por lo tanto, durante un tiempo, RSD y CRPS fueron sinónimos entre sí, y los términos se usaron indistintamente.

En 1994, la IASP reclasificó CRPS para incluir dos variaciones diferentes, etiquetadas como CRPS tipo I y CRPS tipo II. Esta nueva clasificación creó una diferencia técnica entre RSD y CRPS tipo II. CRPS tipo I todavía se refiere a la condición también conocida como RSD. Por otro lado, CRPS tipo II se usa para referirse a una condición antes conocida como causalgia, es decir, un síndrome de dolor crónico que resulta directamente de una lesión nerviosa específica.

La RSD y el CRPS tipo I generalmente son causados ​​por un traumatismo leve a severo, como un esguince, un hueso roto o una contusión. La afección también se puede atribuir a otras causas, como una cirugía o una infección grave. La causalgia, ahora más comúnmente conocida como CRPS tipo II, es diferente de la RSD en que generalmente es causada por una lesión nerviosa en las extremidades de una persona, como una lesión por aplastamiento o una herida con cuchillo.

Aunque RSD y CRPS tipo II son diferentes en cuanto a sus causas, son idénticos en la variedad de síntomas que pueden causar. Los tipos I y II de RSD y CRPS se caracterizan por un dolor que se extiende más allá del sitio de la lesión causante. Por ejemplo, una persona puede haber sufrido una lesión en el brazo, pero experimenta síntomas en el cuello o las piernas. Los síntomas pueden variar desde relativamente leves hasta completamente debilitantes. Pueden incluir dolor ardiente, hinchazón, rigidez y sensibilidad extrema al tacto. Los síntomas de RSD avanzada y CRPS tipos I y II también pueden incluir atrofia muscular severa y disminución de la densidad ósea.

Las técnicas de diagnóstico utilizadas para RSD y CRPS tipo II también difieren. El CRPS tipo II generalmente se diagnostica rastreándolo hasta la lesión nerviosa inicial. A diferencia de CRPS tipo II, la causa exacta de RSD o CRPS tipo I a veces puede ser difícil de identificar. Se han utilizado varios tipos de estudios, como radiografías, gammagrafías óseas y pruebas cutáneas para diagnosticar la RSD o CRPS tipo I. El análisis del líquido articular y ciertos estudios termográficos también se han utilizado como herramientas de diagnóstico para cada una de estas afecciones.