El examen de densidad ósea es la única forma de determinar si un paciente tiene osteoporosis o pérdida ósea significativa debido al agotamiento de minerales en el hueso. Se utiliza como medida preventiva para protegerse de posibles fracturas, especialmente de cadera y columna, en mujeres mayores de 65 años y en cualquier mujer perimenopáusica o posmenopáusica con alto riesgo de fracturas. Los exámenes de densidad ósea están menos indicados para los hombres, excepto en los casos en los que ya puede haber ocurrido una fractura ósea.
Someterse a un examen de densidad ósea, incluso antes de la menopausia, es una buena idea para que el médico de la paciente pueda consultar estos resultados iniciales como comparación con un examen en una fecha posterior. Con base en los resultados de las pruebas anteriores, podrá determinar si realmente ha habido alguna pérdida ósea significativa y comenzar con los tratamientos preventivos adecuados para el paciente. La pérdida ósea es una afección que se produce de forma gradual, sin ningún síntoma. En última instancia, puede resultar en una gran cantidad de afecciones dolorosas y debilitantes, como la pérdida de movilidad, en el caso de una fractura de cadera, o la función pulmonar restringida, cuando hay una fractura vertebral, si no se detecta mediante un examen de densidad ósea, de modo que Se pueden tomar medidas preventivas. La tasa de mortalidad de las personas que experimentan una fractura de cadera aumenta al 20 por ciento al año siguiente al evento.
Se encuentran disponibles varios tipos de pruebas de densidad mineral ósea indoloras y de baja radiación. El más utilizado, porque se cree que produce los resultados más precisos, es el DEXA, o absorción de rayos X de energía dual, que escanea las áreas de la cadera y la columna. Esta prueba de detección de densidad ósea registra una puntuación T para determinar la pérdida de masa ósea.
Si el puntaje T es al menos menos 2.5, se hace un diagnóstico de osteoporosis y se advierte al paciente sobre las medidas que debe tomar para retrasar un mayor deterioro óseo. El médico puede recomendar la ingesta regular de alimentos que contengan calcio, como leche y queso, aunque con moderación, además de una dieta nutricional bien equilibrada que contenga muchas frutas y verduras ricas en calcio, como el brócoli. También puede recomendarle suplementos de calcio en forma de píldora. El ejercicio regular, que puede ser tan básico como caminar, parece tener un impacto positivo en los huesos y puede disminuir la probabilidad de caídas.
Se pueden realizar otras pruebas de detección de densidad ósea, aunque no se consideran tan eficaces como la exploración DEXA. Estos incluyen la tomografía computarizada cuantitativa (QCT), la tomografía computarizada cuantitativa periférica (pQCT) y la absorciometría de rayos X de energía dual periférica (pDXA). Las exploraciones periféricas o una ecografía cuantitativa (QUS) se pueden utilizar para determinar la densidad ósea en las piernas, los dedos, las muñecas, los antebrazos y los talones.