Un tumor espinal es un tumor que crece dentro o alrededor de la columna. Los tumores primarios de la columna se originan en la columna, mientras que los secundarios son neoplasias que han migrado de otras partes del cuerpo a la columna. El pronóstico para un paciente con un tumor espinal varía, dependiendo de dónde se encuentre el tumor, qué tan grande es, qué tipo de tumor es y qué tan temprano se identificó. Como regla general, la detección precoz mejora en gran medida el pronóstico del paciente.
Los tumores de las células nerviosas, como los gliomas, pueden aparecer dentro de la propia médula espinal, en tumores espinales intramedulares. Los tumores espinales también pueden ser mielomas, leucemias o linfomas, que afectan a la sangre y, más raramente, osteosarcomas, que se desarrollan en los huesos de la columna. Los tumores intradurales se producen en la duramadre, el revestimiento resistente que rodea la médula espinal, mientras que los tumores extradurales se encuentran fuera de la duramadre, rodeando la médula espinal.
A medida que crece un tumor espinal, ejerce presión sobre la médula espinal. Para los pacientes, esto significa que uno de los primeros síntomas de un tumor espinal es el dolor de espalda alrededor de la región del tumor. La presión sobre los nervios también puede provocar cambios en la sensibilidad, incontinencia urinaria o fecal, debilidad muscular y dolores agudos y punzantes. Estos síntomas suelen llevar a los pacientes a consultar a un médico. Si el médico sospecha de un tumor espinal, se pueden usar estudios de imágenes médicas para buscar el tumor y, una vez que se identifica el tumor, se pueden realizar estudios adicionales para aprender más sobre él y desarrollar un plan de tratamiento.
Algunos tumores espinales son benignos, y los médicos pueden esperar y observar el enfoque con estos tumores. Sin embargo, los tumores malignos deben tratarse de manera agresiva, ya que los tumores espinales a menudo crecen rápidamente. La cirugía para extirpar el tumor es una opción, y el paciente también puede recibir esteroides para la inflamación y quimioterapia para reducir el tamaño del tumor. También se puede requerir fisioterapia para ayudar al paciente a lidiar con el daño causado por el tumor.
Algunos tumores espinales están relacionados con afecciones genéticas. Se puede alentar a las personas diagnosticadas con estas afecciones a que se realicen chequeos regulares para controlar la médula espinal en busca de signos de desarrollo de tumores. Otros aparecen sin motivo conocido. Cuando se les diagnostica un tumor espinal, los pacientes deben preguntar a sus médicos sobre todas las opciones de tratamiento disponibles y sus riesgos. Cada tumor es diferente y los planes de tratamiento pueden ajustarse en consecuencia. Por ejemplo, algunos tumores se consideran inoperables debido a su ubicación, mientras que otros pueden responder a medicamentos especializados sin necesidad de cirugía.