¿Qué es la diverticulitis?

La diverticulitis es una inflamación o infección de divertículos, que son pequeñas bolsas que se forman en el colon. Esta inflamación causa dolor abdominal y síntomas digestivos y puede causar sangrado en el colon. La diverticulitis se trata con analgésicos y antibióticos cuando es necesario.
No se comprende bien la razón por la que se forman divertículos en el colon. La idea predominante es que una dieta baja en fibra es una de las principales causas. Una dieta baja en fibra está implicada porque la fibra agrega volumen y humedad a las heces, lo que hace que sea más fácil moverse a través del colon. Sin la adición de fibra, el colon debe trabajar más para mover las heces. Se cree que esta presión adicional empuja las paredes del colon hacia los puntos débiles por donde pasan los vasos sanguíneos, lo que crea las pequeñas bolsas de divertículos.

A medida que las heces se mueven por el colon, pequeñas cantidades de comida o heces pueden entrar en los divertículos y quedar atrapadas. Si hay bacterias presentes en los alimentos o las heces atrapadas, puede producirse inflamación o infección. El resultado de esto es diverticulitis. Los síntomas incluyen dolor en la parte inferior izquierda del abdomen, hinchazón, estreñimiento o diarrea, náuseas, vómitos, pérdida del apetito, fiebre y escalofríos. A veces, el dolor empeora durante el movimiento.

Esta enfermedad puede complicarse con peritonitis, que puede desarrollarse si la infección en un divertículo hace que la pared del colon se desgarre. Si esto ocurre, la infección puede migrar a la cavidad abdominal, provocando una intensa hinchazón y dolor abdominal, vómitos, náuseas, pulso acelerado, respiración acelerada, escalofríos y fiebre. Si estos síntomas se desarrollan en una persona con diverticulitis, debe recibir tratamiento médico de emergencia de inmediato, ya que la peritonitis es una afección potencialmente mortal si no se trata de inmediato.

El tratamiento en el hogar es suficiente para controlar los síntomas de la diverticulitis leve. Las almohadillas térmicas pueden ayudar a aliviar el dolor y los calambres, y se pueden usar analgésicos de venta libre según sea necesario. Si estas medidas no ayudan a controlar el dolor, se debe consultar a un médico. Para la infección y el dolor intenso, un médico prescribe analgésicos y antibióticos. El riesgo de nuevos ataques se puede reducir con una dieta rica en fibra rica en verduras y cereales integrales y bebiendo mucha agua todos los días. Esta forma de comer ayudará a aumentar y suavizar las heces y facilitará el movimiento de las heces a través del colon.

Si los ataques se vuelven frecuentes o graves, es posible que sea necesaria una cirugía. El procedimiento se llama colectomía parcial e implica la extirpación quirúrgica de secciones enfermas del colon. Una vez que se han eliminado estas secciones, se conectan las partes restantes. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, es posible que se necesiten una o más cirugías para reparar el daño.