La tasa de flujo espiratorio máxima indica la capacidad de los pulmones para hacer pasar aire a través del cuerpo. El flujo se prueba midiendo la fuerza con la que una persona puede exhalar aire. Esta prueba se usa comúnmente para personas que padecen asma, aunque también se usa para otras dolencias respiratorias, como la bronquitis. Las lecturas se obtienen utilizando medidores de flujo espiratorio máximo o medidores de flujo máximo.
Los expertos médicos utilizan los resultados de una tasa de flujo espiratorio máximo para decidir si se debe tratar un problema respiratorio y, de ser así, cómo. Por lo general, la prueba se realiza con frecuencia y durante un período de tiempo prolongado para realizar un mejor seguimiento del progreso del paciente. Los pacientes no solo controlan las tasas de flujo espiratorio máximo mientras están en el consultorio del médico, sino que pueden hacerlo con regularidad desde casa como una forma de autocontrolar su afección.
Un medidor de flujo máximo es un dispositivo manual simple que cuenta con una boquilla y una escala para medir la fuerza de la exhalación. Cuando un usuario sopla con fuerza en la boquilla, genera una lectura de flujo espiratorio máximo (PEF) en la escala.
Existe una variedad de diseños de medidores de flujo que utilizan diferentes métodos para obtener lecturas de PEF. Algunos tienen indicadores de plástico que se mueven hacia arriba en una escala cuando se sopla, mientras que otros generan lecturas electrónicas. Sin embargo, no todos los caudalímetros utilizan la misma escala. Hasta 2004, la escala de Wright era de uso estándar, pero desde ese momento, la escala europea (UE) más nueva se ha convertido constantemente en el estándar de la industria. También existe la escala de la American Thoracic Society (ATS), menos utilizada. Existen métodos para convertir las lecturas de los pacientes que cambian de una escala a otra.
Debido a la amplia variedad disponible, es posible que un medidor de flujo máximo no dé la misma lectura que otro. Esta es la razón por la que los pacientes deben usar el mismo medidor cada vez para obtener una lectura constante de la tasa de flujo espiratorio máximo. Otro método para mantener lecturas consistentes es llevar un diario de flujo máximo. Los diarios de flujo máximo de asma generalmente están disponibles para su compra para ayudar al usuario a realizar un seguimiento de las lecturas durante un período de tiempo.
Según las tasas de flujo espiratorio máximo, los médicos pueden recetar mejor la cantidad adecuada de medicamento para aliviar los problemas respiratorios. Cuando se utilizan en el autocuidado, estas lecturas pueden ayudar al paciente a decidir si aumenta o disminuye la medicación. Por ejemplo, una persona que sufre de asma con lecturas de flujo máximo mejoradas puede decidir disminuir la cantidad de veces al día que usa un inhalador de esteroides.