La esteatosis es el depósito de grasa en los espacios intersticiales de un órgano. Específicamente, muchas personas usan este término para hablar de depósitos de grasa en el hígado y, a veces, también se le llama «enfermedad del hígado graso». Como regla general, esta afección es reversible con una variedad de tratamientos, pero puede causar complicaciones graves si no se detecta y se trata.
Una de las causas más comunes de esteatosis es el alcoholismo. De hecho, el alcoholismo es una causa tan común que otras formas de esta afección se agrupan bajo el término «esteatosis no alcohólica». Cuando se diagnostica el problema, se suele comentar con el paciente el consumo de alcohol para descartar su función. Si el paciente no bebe en grandes cantidades, la causa podría ser resistencia a la insulina, infección por hepatitis u obesidad.
Si se permite que la enfermedad del hígado graso progrese, se convertirá en esteatohepatitis, una inflamación grave del hígado. Si esto no se trata, el daño celular y la muerte comenzarán a ocurrir, poniendo potencialmente al paciente en riesgo de muerte. El resultado final es la cirrosis del hígado, una afección que se caracteriza por una disminución extrema de la función hepática. Esto no es bueno, ya que el hígado ayuda al cuerpo a procesar una variedad de toxinas y, sin un hígado que funcione, el paciente morirá.
Los tratamientos se centran en restaurar la función de palanca para que el cuerpo pueda metabolizar la acumulación de grasa. Como resultado, los pacientes generalmente se ven obligados a seguir una dieta restrictiva que excluye sustancias como el alcohol, lo que podría exacerbar la afección. Si la causa es la obesidad, por lo general se recomienda encarecidamente a los pacientes que bajen de peso para reducir la tensión en el hígado. Los profesionales médicos también intentan identificar la causa raíz del problema, ya que el tratamiento de la causa generalmente puede revertir los síntomas.
Uno de los peligros de la esteatosis es que a menudo presenta pocos síntomas al principio. Los pacientes pueden sentirse un poco cansados o experimentar algo de dolor abdominal, pero es posible que no puedan identificar la causa. A menos que se haga una prueba a un paciente, la afección puede progresar hasta que surjan síntomas más obvios, lo que hace que la afección sea más difícil de tratar. Las personas con hepatitis a menudo se someten a pruebas periódicas para detectar signos de este problema y se les anima a comer una dieta controlada para reducir la acumulación de grasa en el hígado.