¿Qué es la espina bífida oculta?

La espina bífida oculta es una de las formas más leves del trastorno congénito común de la columna. Suele implicar una ligera deformidad en una o más vértebras de la zona lumbar que no obstaculiza la médula espinal. En la mayoría de los casos, las personas con la afección nunca experimentan síntomas físicos o problemas de salud relacionados. Sin embargo, es posible sufrir dolor lumbar, problemas de incontinencia y debilidad en las piernas debido a la espina bífida oculta. Las decisiones de tratamiento dependen de la gravedad de la deformidad y los síntomas asociados.

Durante el desarrollo embrionario, el tronco encefálico y la médula espinal se forman a partir de los restos del tubo neural. El tubo se cierra gradualmente sobre sí mismo y las vértebras se juntan para protegerlo. En el caso de la espina bífida oculta, el tejido óseo nunca se fusiona completamente para formar una vértebra en particular. También puede ocurrir una fusión irregular entre dos o más vértebras, lo que generalmente conduce a síntomas más pronunciados. A diferencia de otros tipos más graves de espina bífida, la variedad oculta no es obvia al nacer, ya que la piel, la grasa y el tejido muscular normales cubren completamente la deformidad.

Las formas menores de espina bífida oculta son muy comunes y se estima que alrededor del 10 por ciento de las personas por lo demás sanas padecen la afección. La mayoría de las personas no tienen síntomas y sus afecciones solo pueden reconocerse durante las radiografías de rutina para otros problemas de salud. Ocasionalmente, los síntomas de dolor lumbar crónico, rigidez y debilidad en las piernas se vuelven prominentes al final de la niñez o al principio de la edad adulta. Si la médula espinal o los nervios asociados están comprimidos por una deformidad de la columna, una persona puede experimentar entumecimiento en las piernas o los pies y reflejos deficientes. Además, puede haber una abolladura o un hoyuelo notable en la base de la espalda.

Al evaluar a un paciente con problemas lumbares, un médico busca espina bífida oculta preguntando sobre los síntomas y solicitando una serie de pruebas de diagnóstico por imágenes. Se realizan radiografías, imágenes por resonancia magnética y tomografías computarizadas para inspeccionar las vértebras anormales y asegurarse de que los nervios no estén dañados. Un especialista también puede recolectar muestras de sangre y líquido cefalorraquídeo para descartar infecciones, cáncer y otras afecciones que podrían estar causando síntomas.

Si el dolor es leve, simplemente se le puede indicar al paciente que limite la actividad física y tome medicamentos antiinflamatorios. Los chequeos regulares son importantes para asegurarse de que los problemas no empeoren. La cirugía y la fisioterapia son tratamientos estándar para otros tipos de espina bífida, pero estos procedimientos generalmente no son necesarios para la espina bífida oculta leve.