Un efecto adverso es un efecto no deseado y posiblemente peligroso que se produce con el tratamiento médico. El término a menudo se intercambia con «efecto secundario», pero no todos los efectos secundarios son adversos. Por ejemplo, un efecto secundario de tomar un antihistamínico es la somnolencia, pero esto no es necesariamente indeseado, especialmente si ese antihistamínico se encuentra en un medicamento que se usa para promover el sueño. La principal diferenciación entre efectos secundarios y efectos adversos es que los efectos secundarios abarcan todos los efectos de un fármaco o tratamiento, peligrosos o no, mientras que los efectos adversos solo se refieren a los efectos no deseados o potencialmente dañinos.
Cualquier tratamiento puede tener efectos adversos. Cualquier cirugía conlleva el riesgo de muerte, infección u otras complicaciones graves. Un viaje al quiropráctico podría resultar en dolor o movilidad limitada. Alguien que vea a un terapeuta podría volverse suicida después de discutir un doloroso evento pasado. Como ocurre con casi todo en la vida, cualquier acción de tratamiento tiene una reacción. Algunas son negativas y otras positivas.
Los médicos trabajan constantemente para minimizar los efectos adversos del tratamiento, aunque a veces deben depender de tratamientos que tienen consecuencias profundamente negativas, como la radioterapia, para intentar curar el cáncer. Por lo general, cuanto más tratamiento se necesita para una afección que altera la vida o que pone en peligro la vida, más tolerancia existe a los efectos adversos. La operación de la columna, que podría causar parálisis y riesgo de muerte, puede considerarse la mejor oportunidad para extirpar un tumor o corregir una afección potencialmente mortal, por ejemplo.
En muchos casos, un efecto adverso no es algo que ponga en peligro la vida, aunque puede resultar incómodo. Esto se ve con frecuencia en el tratamiento de drogas. Los medicamentos pueden tener una lista de efectos secundarios incómodos que se han informado en estudios clínicos. Algunos de estos incluyen cosas como malestar estomacal, cambios de peso, cambios de humor, dolores de cabeza, dolor en el resto del cuerpo, somnolencia, mareos, insomnio, fatiga, dificultad para orinar, cambios en la cognición, ansiedad, depresión, etc.
En los países donde los medicamentos están regulados, la información sobre cualquier efecto adverso debe ponerse a disposición del público, y esto se convierte en una característica interesante de los anuncios televisivos de medicamentos, que deben enumerar muchos de los efectos secundarios en cualquier anuncio. Puede resultar desalentador escuchar esta lista porque puede parecer que todas las personas desarrollarán efectos secundarios negativos del tratamiento. En realidad, esto rara vez es cierto y muchas personas solo tienen experiencias pasajeras de efectos secundarios o nunca experimentan un efecto adverso.
Muchos países exigen que los medicamentos se vendan con un prospecto que incluya información sobre los efectos secundarios. Puede ser útil saber si hay algún efecto adverso grave que buscar, pero también brinda perspectiva para evaluar los porcentajes de ocurrencia, que a menudo son bajos. Para otros tratamientos, es mejor que las personas pregunten a su médico cuáles son los tipos de efectos adversos y cuál es su tasa de aparición. Para muchos tratamientos comunes, este tipo de información también es fácil de buscar en Internet.