¿Qué es el pie de inmersión?

El pie de inmersión, también conocido como pie de trinchera, es un síndrome médico peligroso. Es causada por la exposición sostenida de los pies a condiciones húmedas. El pie de inmersión a menudo se asocia con la guerra y otros desastres porque causó millones de heridos y muertes en las guerras de los siglos XIX y XX. Puede ocurrir en cualquier momento en que el pie esté expuesto al agua, incluso durante viajes por mar o sudoración excesiva. Se recomiendan medidas preventivas como mantener el calzado seco, ya que el pie de trinchera es una afección grave e incluso la recuperación puede ser dolorosa.

Cualquiera puede verse afectado por el pie de inmersión en las condiciones incorrectas, pero se registró por primera vez como un síndrome generalizado durante las guerras napoleónicas de Europa a principios del siglo XIX. Esto podría deberse a que los uniformes de los soldados incluían botas de cuero ajustadas que creaban un ambiente ideal para el pie de trinchera. Los soldados en el campo de batalla pueden pasar horas o días sin cambiarse de calzado, en condiciones extremas como clima frío y húmedo. El pie de trinchera fue una gran crisis de salud durante la Primera Guerra Mundial, causando infecciones, pérdida de miembros y muerte a los soldados en ambos lados del conflicto. Fue un factor en todas las guerras importantes del siglo XX, así como en los conflictos del desierto en Afganistán e Irak.

El pie de inmersión ocurre cuando los pies están expuestos a la humedad, especialmente calcetines o calzado mojados, durante períodos de tiempo prolongados, aunque pueden ser tan solo 11 horas. Es especialmente frecuente en condiciones de frío, cuando los afectados pueden no notar una pérdida de sensibilidad, una de las primeras señales de advertencia. También pueden estar presentes otros signos de pérdida de circulación, como hormigueo, dolor y un tinte azulado o rojo en la piel. Las ampollas y la hinchazón también son posibles y deben tratarse rápidamente para evitar infecciones. Los casos extremos conducen a la gangrena, una descomposición del tejido que puede provocar la muerte si no se extirpa el área o la extremidad afectada.

El pie de trinchera ganó su nombre durante la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, donde afectó a 20,000 soldados británicos solo en 1914. Cualquier ambiente húmedo puede crear la condición, fría o no. Los soldados en áreas tropicales como Vietnam y el Pacífico Sur lo experimentaron debido a los lugares húmedos, al igual que los trabajadores en los arrozales inundados. En lugares desérticos, puede ser causado por una acumulación excesiva de sudor en la bota y empapando el calcetín. Los trabajadores de a bordo también corren el riesgo de sufrir un pie de inmersión, al igual que los supervivientes de inundaciones y otros desastres.

Para evitar la inmersión del pie, los expertos recomiendan cambiarse los calcetines con frecuencia, mantener los pies limpios y secos y llevar botas o calzado extra. Durante la Primera Guerra Mundial, los soldados británicos fueron inspeccionados diariamente por oficiales entrenados para reconocer los síntomas del pie de trinchera. Los casos sospechosos deben tratarse con agua tibia para restablecer la circulación y los pies deben elevarse para reducir la hinchazón. Se debe consultar a un profesional médico lo antes posible. La recuperación del pie de trinchera es posible, pero puede ser un proceso lento y doloroso.