¿Qué es la tiroiditis aguda?

La tiroiditis aguda es un tipo raro de infección bacteriana que afecta la glándula tiroides. Los patógenos se incrustan dentro de la glándula y crean un absceso inflamado y lleno de pus. Como resultado, es probable que una persona tenga hinchazón y sensibilidad en el cuello, así como síntomas de fiebre y fatiga en todo el cuerpo. Un médico puede realizar una serie de pruebas para determinar si los síntomas están realmente relacionados con la tiroiditis aguda o con una afección crónica más grave, como el cáncer de tiroides. La mayoría de los casos de tiroiditis aguda se pueden remediar fácilmente con antibióticos, aunque puede ser necesaria una cirugía si la glándula está gravemente dañada por el absceso.

La glándula tiroides es un sitio poco común de infección bacteriana. Cuando ocurre un caso agudo de tiroiditis, generalmente es secundario a una infección en la garganta, la boca o los pulmones. Las bacterias también pueden migrar a la tiroides desde otras partes del cuerpo. Muchos patógenos diferentes pueden conducir potencialmente a tiroiditis, pero los más comunes son las cepas de Streptococcus y Staphylococcus. Las personas que tienen el sistema inmunológico debilitado debido a la vejez o una afección crónica como el SIDA tienen el mayor riesgo de infección.

Los síntomas de la tiroiditis aguda tienden a aparecer rápidamente. Los primeros signos de enfermedad pueden incluir fiebre alta, escalofríos, voz ronca y dolor de garganta. Una persona también puede tener dificultad para tragar alimentos o líquidos. A medida que crece un absceso, puede dar lugar a un bulto palpable en un lado del cuello que es sensible al tacto. El bulto del cuello generalmente es indoloro, aunque puede causar dolores sordos e irradiados hacia el cuello cuando la cabeza se inclina hacia un lado.

Si no se trata, la tiroiditis aguda puede provocar complicaciones graves. La infección puede extenderse desde el absceso al torrente sanguíneo y posiblemente al cerebro, lo que puede conducir a una emergencia potencialmente mortal. También puede ocurrir hipertiroidismo o hiperactividad de la glándula tiroides. Los posibles signos de hipertiroidismo incluyen sudoración incontrolable, insomnio, frecuencia cardíaca rápida y presión arterial alta.

La tiroiditis aguda generalmente se descubre y se trata antes de que surjan complicaciones importantes. Los antibióticos orales estándar tomados durante dos semanas a un mes son suficientes para eliminar la mayoría de las infecciones bacterianas. Si un quiste en el cuello es especialmente grande y sensible, el médico puede optar por drenarlo con una aguja hueca. Durante la recuperación, se anima a los pacientes a descansar y beber muchos líquidos para aliviar los síntomas. Una visita de seguimiento una vez finalizado el tratamiento con antibióticos puede confirmar que la infección se ha resuelto por completo.