¿Cuál es la conexión entre rigidez de cuello y meningitis?

La rigidez de cuello es un síntoma de meningitis. Causada por la inflamación relacionada con la infección del tejido membranoso que rodea el cerebro y la columna vertebral, la rigidez del cuello es un signo clásico de esta afección potencialmente mortal. El tratamiento de la rigidez de cuello y la meningitis generalmente requiere un tratamiento antibiótico agresivo. En algunos casos, se puede realizar un procedimiento para aliviar la presión intracraneal para prevenir una lesión cerebral.

La meningitis generalmente se detecta con pruebas de diagnóstico por imágenes y de laboratorio. Se realiza un hemocultivo para determinar si la infección es de origen viral o bacteriano. Si la infección es de origen bacteriano, el cultivo identificará la bacteria responsable. Identificar la causa de la infección es fundamental para proporcionar el tratamiento adecuado para aliviar la infección y reducir la inflamación. También se puede realizar una punción lumbar para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR), que se analiza para determinar la extensión y verificar el tipo de infección.

La infección puede asentarse en cualquier parte del cuerpo. En el caso de rigidez de cuello y meningitis, la infección se instala en el sistema nervioso, es decir, en el cerebro y la médula espinal. La infección causa inflamación del tejido membranoso afectado, conocido como meninges, que alberga el cerebro y la médula espinal. A medida que avanza la infección, la inflamación hace que los vasos sanguíneos se contraigan y provoquen rigidez en el cuello, alteración del flujo de LCR y aumento de la presión intracraneal.

Aparte del dolor de cuello, hay varios otros síntomas asociados con la meningitis. Las personas con rigidez de cuello y meningitis desarrollan fiebre, disminución del apetito y pueden fatigarse mucho. Otros signos de meningitis incluyen erupción cutánea, náuseas y dolor de cabeza. No es raro que algunas personas tengan convulsiones. Los niños pequeños mostrarán rigidez en todo el cuerpo, irritabilidad y falta de energía.

Si se ignoran los síntomas de la meningitis, pueden producirse complicaciones graves. Las personas pueden sufrir daños cerebrales irreversibles, insuficiencia orgánica y sufrir un shock. En algunos casos, también puede ocurrir la pérdida permanente de la vista o el oído. La infección que progresa sin tratamiento puede causar la muerte.

El tratamiento de la rigidez de cuello y la meningitis depende del tipo de infección. Por lo general, se deja que la infección de origen viral siga su curso sin demasiado riesgo de complicaciones. La meningitis viral, que desaparece dentro de un par de semanas de su aparición, solo requiere que la persona se mantenga hidratada y descanse lo suficiente. Si la infección es bacteriana, generalmente es necesario un tratamiento más agresivo.

La meningitis bacteriana a menudo requiere hospitalización y una terapia antibiótica intravenosa agresiva para eliminar la infección del cuerpo. A menudo, se administran medicamentos a base de esteroides para reducir la inflamación y aliviar las molestias. Si surgen complicaciones, como la deshidratación, se toman medidas adicionales. Las personas con riesgo de daño cerebral debido a un aumento dramático de la presión intracraneal pueden someterse a un procedimiento para colocar una derivación temporal dentro del cráneo para drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo.