La función cognitiva se refiere a la capacidad de una persona para procesar pensamientos. La cognición se refiere principalmente a cosas como la memoria, la capacidad de aprender nueva información, el habla y la comprensión de lectura. En la mayoría de las personas sanas, el cerebro es capaz de aprender nuevas habilidades en cada una de estas áreas, especialmente en la primera infancia, y de desarrollar pensamientos personales e individuales sobre el mundo. Factores como el envejecimiento y las enfermedades pueden afectar la función cognitiva con el tiempo, lo que resulta en problemas como pérdida de memoria y dificultad para pensar en las palabras correctas al hablar o escribir.
Los seres humanos generalmente están equipados con una capacidad para la función cognitiva al nacer, lo que significa que cada persona es capaz de aprender o recordar cierta cantidad de información. Esto generalmente se mide mediante pruebas como la prueba del coeficiente intelectual (CI), aunque pueden ser inexactas para medir completamente las capacidades cognitivas de una persona. La infancia y la primera infancia son los períodos en los que la mayoría de las personas son más capaces de absorber y utilizar nueva información, y la mayoría de los niños aprenden nuevas palabras, conceptos y formas de expresarse semanalmente o incluso a diario. La capacidad de aprender se ralentiza poco a poco a medida que uno envejece, pero la función cognitiva general no debería agotarse a gran escala en individuos sanos.
Ciertas enfermedades y afecciones pueden causar una disminución de la cognición. La esclerosis múltiple (EM), por ejemplo, puede eventualmente causar pérdida de memoria, incapacidad para captar nuevos conceptos o información y disminución de la fluidez verbal. No todos los pacientes que padecen la afección experimentarán estos efectos secundarios, y la mayoría de los pacientes conservarán la capacidad de hablar y su intelecto general.
Algunas investigaciones sugieren que es posible mejorar la función cognitiva y prevenir un deterioro natural de la memoria y el pensamiento cuando es causado por el envejecimiento normal. Realizar actividades como problemas de palabras, problemas de memoria y matemáticas puede «ejercitar» el cerebro para que menos células mueran o se vuelvan inactivas con el tiempo. Esto puede resultar en un período más largo de cognición de alto nivel e incluso aumentar las habilidades cognitivas en algunas personas. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo, el cerebro necesita estimulación regular para mantenerse fuerte.
Un médico debe evaluar cualquier síntoma de disminución de la cognición para descartar cualquier afección grave. La EM, por ejemplo, puede presentarse inicialmente por cambios sutiles en la función cognitiva antes de progresar a síntomas más graves. En la mayoría de los casos, la pérdida de memoria o la incapacidad para pensar con claridad son causadas por problemas simples que pueden remediarse fácilmente. La fatiga o el estrés, por ejemplo, pueden resultar en una pérdida temporal de la cognición. El problema generalmente se resuelve una vez que se han abordado los problemas subyacentes. Sin embargo, los síntomas prolongados o los que empeoran con el tiempo siempre deben tomarse en serio, ya que pueden indicar un trastorno mental o físico.