Muchas enfermedades pueden causar lo que mucha gente podría llamar un ataque de nervios, por lo que es difícil hacer una lista completa de síntomas. Entre los más comunes se encuentran un repentino desinterés por la vida laboral o familiar, la alienación de amigos y familiares que antes eran cercanos, pensamientos paranoicos, ansiedad persistente e incapacidad para participar en actividades normales o mantener relaciones normales. Un aumento en el consumo de alcohol y un aumento en el uso de drogas, ya sean legales o ilegales, también pueden ser síntomas. En algunos casos, un ataque de nervios puede ir acompañado de pensamientos suicidas, simplemente querer morir o una obsesión por morir.
El “ataque de nervios” no es un término clínico, pero puede aplicarse a muchas situaciones diferentes en las que alguien comienza a mostrar síntomas de diversas enfermedades mentales o estrés emocional intenso. Este término data de un diagnóstico mucho más antiguo de personas, particularmente mujeres, que repentinamente se volvieron incapaces de funcionar en sus vidas. Los primeros síntomas a menudo se ignoran o se ignoran, lo que provoca lo que ahora se conoce como una ruptura psicótica de la realidad o un episodio psicótico. Esto puede manifestarse en forma de intento de suicidio o comportamiento extremo que requiera hospitalización.
Además de los síntomas mencionados anteriormente, algunos otros comportamientos también pueden aparecer antes o indicar un episodio psicótico. Entre estos se encuentran la interrupción del sueño o períodos de sueño mucho más prolongados; cambios significativos en el apetito, como comer muy poco o demasiado; pensamientos de grandeza o invencibilidad; y alucinaciones. Otros síntomas pueden incluir exhibir ira fuerte o violenta y tener recuerdos de un evento o eventos traumáticos.
Quizás el mayor predictor de una crisis nerviosa es un historial de inestabilidad mental dentro de la familia de una persona. Las personas que tienen familiares con depresión mayor, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo o esquizofrenia tienen más probabilidades de estar en riesgo de sufrir crisis nerviosas. Las enfermedades mentales no diagnosticadas en los antepasados de una persona también pueden manifestarse como alcoholismo o comportamiento abusivo.
Las personas que están pasando por altos niveles de estrés, como después de un divorcio complicado o después de la muerte de un padre, cónyuge o hijo, tienen más probabilidades de sufrir crisis nerviosas si están predispuestas a ciertas enfermedades mentales. Además, alguien que no tiene predisposición a las enfermedades mentales puede sufrir una crisis nerviosa si sufre de trastorno de estrés postraumático (TEPT). El trastorno de estrés postraumático puede manifestarse años después de un solo evento traumático y puede desencadenarse por una situación que parece similar. Para alguien que ha sufrido un trauma, el asesoramiento temprano puede ayudar a prevenir un ataque de nervios.