La nanoespuma de carbono es un alótropo del carbono. Un alótropo es una variante de una sustancia compuesta por un solo tipo de átomo. Los alótropos de carbono más conocidos son el grafito y el diamante. La nanoespuma de carbono, el quinto alótropo del carbono, fue descubierta en 5 por Andrei V. Rode y su equipo en la Universidad Nacional Australiana en Canberra, en colaboración con el Instituto Físico-Técnico Ioffe en San Petersburgo. Su estructura molecular consiste en zarcillos de carbono unidos entre sí en una disposición similar a una niebla de baja densidad.
La nanoespuma de carbono es similar en algunos aspectos a los aerogeles de carbono y silicio producidos antes, pero con aproximadamente 100 veces menos densidad. La nanoespuma de carbono ha sido ampliamente estudiada bajo microscopio electrónico por John Giapintzakis y el equipo de la Universidad de Creta. Su producción y estudio han sido iniciados principalmente por científicos griegos, rusos y australianos.
La nanoespuma de carbono se produce disparando un láser de alto pulso y alta energía al grafito o al carbón sólido desordenado suspendido en algún gas inerte como el argón. Al igual que los aerogeles, la nanoespuma de carbono tiene una superficie extremadamente alta y actúa como un buen aislante, capaz de exponerse a miles de grados Fahrenheit antes de deformarse. Es prácticamente transparente en apariencia, consiste principalmente en aire y bastante quebradizo.
Una de las propiedades más inusuales que muestra la nanoespuma de carbono es la del ferromagnetismo; se siente atraído por los imanes, como el hierro. Esta propiedad desaparece unas horas después de que se hace la nanoespuma, aunque se puede conservar enfriando la nanoespuma a temperaturas extremadamente bajas, alrededor de -183 ° Celsius (-297 ° Fahrenheit). Otros alótropos del carbono, como los fullerenos a alta presión, muestran algunas propiedades de magnetismo, pero no al nivel de la nanoespuma de carbono. Las propiedades magnéticas de la nanoespuma de carbono recuerdan a los científicos que el magnetismo de una sustancia no puede determinarse simplemente por el tipo de sustancia, sino también por su alótropo y temperatura.