¿Qué es el oxígeno?

El oxígeno es un elemento químico gaseoso incoloro, inodoro e insípido que aparece en gran abundancia en la Tierra, atrapado por la atmósfera. Mucha gente está familiarizada con el oxígeno, porque es un componente vital del proceso respiratorio; sin él, la mayoría de los organismos morirán en cuestión de minutos. En la naturaleza se pueden encontrar varias formas de oxígeno y sus compuestos. El gas también se puede aislar y vender en forma pura para una variedad de usos, y se aisló e identificó por primera vez en 1774.

El número atómico del oxígeno es ocho y se identifica con un símbolo O en la tabla periódica de elementos. Además de estar muy distribuido en la Tierra, también es el tercer elemento más abundante en el universo y es un catalizador clave en muchas reacciones químicas. La oxidación es una de esas reacciones y ocurre cuando se mezcla con otros elementos y compuestos. El oxígeno también juega un papel en la combustión.

Hay varias formas de extraer oxígeno puro. El agua se puede ionizar, lo que obliga a que los átomos de oxígeno e hidrógeno se separen. Más comúnmente, sin embargo, las muestras de aire se enfrían en forma líquida y luego se calientan lentamente. A medida que el aire se calienta, los elementos se precipitan en un proceso llamado destilación fraccionada, porque diferentes elementos gaseosos se convierten en una forma gaseosa a diferentes temperaturas. Una vez extraído, el gas se puede embotellar para su uso.

En medicina, el oxígeno tiene varios usos. A veces se ofrece terapéuticamente a pacientes que tienen dificultad para respirar. También se utiliza en mezclas de anestesia, lo que garantiza que el paciente reciba un suministro constante de gas mientras está inconsciente. El elemento también juega un papel en la soldadura y la industria, combinándose con sustancias como el acetileno, por ejemplo, para fabricar antorchas de soldadura.

Aunque el oxígeno puro se usa con fines medicinales y recreativos, ya que provoca un estado de euforia leve, es potencialmente peligroso. En entornos de alta presión, la toxicidad por uso excesivo puede dañar los pulmones, a menudo de forma bastante grave. Dependiendo de la presión, los síntomas pueden surgir de inmediato o pueden tardar varias horas en manifestarse, momento en el que puede ser demasiado tarde. El gas también representa un grave peligro de combustión y algunos compuestos como el ozono y el peróxido de hidrógeno son extremadamente tóxicos. Estos compuestos pueden dañar las células y el ADN si no se controlan. Los organismos vivos deben consumir una dieta rica en antioxidantes para ayudar a evitar una forma de este daño, causado por los radicales libres en el cuerpo.