La tasa de mutación es la tasa a la que los organismos experimentan mutaciones genéticas, que pueden incluir variaciones genéticas simples o mutaciones más complejas que resultan en una divergencia considerable de otros organismos de la misma especie. La tasa de mutación generalmente se expresa como la probabilidad de mutaciones dentro de una sola generación. Las personas a veces confunden las tasas de mutación con la frecuencia de mutación: la tasa se refiere a una probabilidad de mutación, mientras que la frecuencia en realidad implica contar el número de organismos con una mutación genética particular.
Una especie que tiene una alta tasa de mutación puede encontrar más fácil adaptarse a un entorno cambiante. Sin embargo, las altas tasas de mutación pueden ser perjudiciales para las personas, porque muchas mutaciones no son beneficiosas. Como resultado, la alta tasa de mutación causaría la muerte de muchos individuos, mientras que algunos se desarrollaron para responder a los cambios ambientales y perpetuar la especie. Esto hace que las tasas altas sean buenas para las especies en su conjunto, pero no para los representantes individuales.
Una tasa de mutación baja, por otro lado, es buena para los individuos, porque sus posibilidades de nacer con una mutación son relativamente bajas. Sin embargo, las tasas bajas pueden ser perjudiciales para las especies porque dificultan que los organismos adapten mutaciones favorables que ayudan al organismo a responder a los cambios en el entorno natural.
Uno de los ejemplos clásicos de una alta tasa de mutación se puede encontrar en muchas bacterias y virus. A estos organismos les resulta beneficioso mutar rápidamente, porque se reproducen en grandes cantidades, por lo que la pérdida de numerosos individuos no daña a la especie en su conjunto. La alta tasa de mutación también les permite adaptarse a situaciones que pueden incluir la necesidad de incubar durante un período prolongado de tiempo o la introducción de nuevos fármacos que matan a muchos individuos dentro de la especie.
Las altas tasas de mutación pueden representar un problema grave cuando ocurren en organismos que causan enfermedades, porque es difícil erradicar estos organismos del cuerpo. El VIH, por ejemplo, tiene una tasa de mutación infamemente alta que le permite evadir constantemente los nuevos medicamentos introducidos para combatirlo.
Además de tener un impacto en el desarrollo de una especie a lo largo del tiempo, las tasas de mutación también se pueden utilizar para recopilar información sobre la historia de una especie. Los investigadores han rastreado cambios específicos para determinar cuándo los organismos divergieron genéticamente, utilizando mutaciones muy parecidas a los relojes. Al revertir las mutaciones a lo largo del tiempo, utilizando datos sobre la tasa de mutación de un organismo, un investigador puede estimar cuándo dos especies relacionadas podrían haber sido la misma especie, o la investigación genética puede encontrar un ancestro común.