¿Qué es el polietileno de baja densidad?

El polietileno de baja densidad (LDPE) es un tipo de termoplástico, un polímero sintético que se ablanda hasta convertirse en líquido cuando se calienta y se congela cuando se enfría. Está hecho de petróleo. El LDPE tiene una amplia variedad de aplicaciones debido a su tenacidad y baja reactividad a temperatura ambiente.
Como componente principal de las bolsas de plástico, envases de alimentos y bebidas, bandejas y equipos informáticos, como unidades de disco, el polietileno de baja densidad es un plástico importante. Es resistente, fácil de soldar y moldear y flexible hasta el punto de ser casi irrompible. Esto lo convierte en una opción popular para piezas que necesitan ser flexibles para funcionar correctamente.

La resiliencia del polietileno de baja densidad se debe a su estructura química. Como otros polímeros, el LDPE consiste en unidades repetidas de átomos de carbono e hidrógeno que forman cadenas unidas. El LDPE exhibe ramificaciones en aproximadamente el 2 por ciento de sus átomos de carbono, lo que significa que en algunos lugares, un átomo de hidrógeno es reemplazado por otra cadena de carbono-hidrógeno. Esto hace que la resistencia a la tracción y las fuerzas intermoleculares del LDPE sean más débiles, lo que da como resultado una menor densidad y una mayor flexibilidad.

El polietileno lineal de baja densidad (LLDPE) es una variedad de polietileno de baja densidad que se usa ampliamente en aplicaciones comerciales e industriales. Está compuesto por estructuras de ramificación más cortas que el LDPE, lo que le confiere una viscosidad más baja y la capacidad de alargarse cuando se estira. El LLDPE se utiliza en envoltorios de plástico y bolsas de plástico donde se requiere un material más delgado y elástico que el LDPE.

El LDPE se usa ampliamente en equipos de laboratorio. Su flexibilidad y translucidez lo hacen útil para lavar botellas y tubos, y su resistencia química permite que se utilice junto con productos químicos que podrían corroer otros materiales. Por ejemplo, el LDPE tiene buena resistencia a ácidos, bases, alcoholes, aldehídos y aceites vegetales.

Los fabricantes de equipos de laboratorio afirman que el LDPE se puede usar en temperaturas tan altas como 176 grados Fahrenheit (aproximadamente 80 grados Celsius) y tan bajas como menos-58 grados Fahrenheit (aproximadamente menos-50 grados Celsius). Se recomienda tener especial cuidado en el mantenimiento del equipo de LDPE, porque el material puede debilitarse por agentes oxidantes y podría ablandarse e hincharse con el tiempo.

El LDPE se desarrolló inicialmente como una variación del polietileno de alta densidad (HDPE). El HDPE presenta menos ramificaciones en sus cadenas de hidrocarburos y, por lo tanto, es un material más duro que el LDPE. Se utiliza en algunos de los mismos productos que el LDPE, como las bolsas de plástico, pero también se puede encontrar en materiales más rígidos como jarras de leche y tapas de botellas.
El mercado mundial de LDPE y LLDPE ha crecido rápidamente desde sus inicios a mediados del siglo XX. Aunque la ciencia de los polímeros ha seguido desarrollando nuevos materiales para afrontar los desafíos del embalaje y la fabricación, el LDPE sigue siendo un material popular debido a su versatilidad y durabilidad. El LDPE también se puede reciclar, lo que le da al material un poder de permanencia en una sociedad cada vez más consciente del medio ambiente.