“Micorrizas arbusculares” es la forma científica de referirse a un tipo específico de hongos vegetales, del filo Glomeromycota (uno de los seis filos de hongos), que ha tenido una relación simbiótica con al menos el 80% de las plantas vasculares. Las micorrizas arbusculares pueden ser el tipo de hongo más abundante en la Tierra. El hongo ayuda a la planta a absorber agua y nutrientes aumentando enormemente la superficie de las raíces con sus hifas: células filamentosas ramificadas y largas. A cambio, el hongo obtiene valioso carbono y otros bioquímicos esenciales. La forma singular de “micorrizas arbusculares” es micorrizas arbusculares.
Lo que separa a las micorrizas arbusculares de otras formas de hongos que viven dentro de las plantas es que las hifas de las micorrizas perforan las paredes celulares de la planta huésped. Dentro de la planta, las estructuras ramificadas llamadas arbuscules sirven como interfaz de intercambio de nutrientes con las plantas. Estos entran y salen de las celdas. La simbiosis es tan cercana que la expresión del ADN de la planta cambia en las células donde están presentes arbuscules, los citoesqueletos de la célula se forman alrededor de los arbuscules y las vacuolas de la célula se encogen para dejar espacio para las estructuras.
Las micorrizas arbusculares son una antigua estrategia simbiótica, que se remonta al menos al Ordovícico medio, hace unos 460 millones de años. Esto es solo unos 15 millones de años después de la aparición de las primeras plantas terrestres en el registro fósil, y es plausible que la simbiosis sea tan antigua que el ancestro común de todas las plantas terrestres participó en ella. La presencia generalizada de este hongo en tantos géneros modernos sugiere fuertemente que estaba presente en las plantas terrestres de las que evolucionaron todas las plantas terrestres existentes. Otra simbiosis entre hongos y organismos fotosintéticos son los líquenes, que están formados por hongos y algas estrechamente entrelazados. El liquen pudo haber estado entre las primeras formas de vida en la tierra.
Un desafío para el estudio científico es que el hongo no se puede cultivar en cultivo; es tan interdependiente de las plantas para sobrevivir que muere sin ellas. Esto hace que las micorrizas arbusculares sean simbiontes obligados. Recientemente, los científicos encontraron una especie de hongo similar a las micorrizas arbusculares, Piriformospora indica, que se puede cultivar en cultivo. Esta cepa de hongos es un simbionte importante de la planta medicinal Adhatoda vasica.