El naproxeno y el ibuprofeno se diferencian principalmente en que no siempre tratan las mismas afecciones y en que tienen recomendaciones de dosificación diferentes. Los medicamentos también se pueden distinguir por sus efectos adversos y la prevalencia de ciertas reacciones. Por otro lado, también son muy similares; ambos son fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) con acción y disponibilidad comparables. Estos medicamentos también comparten algunos efectos secundarios e indicaciones de tratamiento en común.
Una revisión de las similitudes entre estos medicamentos puede ayudar a explicar mejor sus diferencias. Como AINE, ambos medicamentos reducen la inflamación, alivian el dolor y disminuyen la fiebre. Cada medicamento también tiene una disponibilidad similar. Estos medicamentos se pueden comprar sin receta o se pueden recetar en fórmulas de mayor concentración.
Además, el naproxeno y el ibuprofeno tienen mecanismos de acción similares. Ambos actúan e inhiben ciertas formas de una enzima llamada ciclooxigenasa (COX). Específicamente, cada fármaco ralentiza la producción de COX1 y COX2, lo que reduce la producción de prostaglandinas en el cuerpo.
Cualquiera de los medicamentos puede ser apropiado para ciertas afecciones, como cólicos menstruales o dolor generalizado. Ambos también tienen algunos efectos secundarios similares, que incluyen malestar estomacal y la posibilidad de desarrollar úlceras gástricas.
Una de las mayores diferencias entre el naproxeno y el ibuprofeno se refiere a la dosis del medicamento. Cuando las personas usan una forma de naproxeno de venta libre, generalmente toman de 200 a 250 miligramos (mg) cada ocho a 12 horas. Una dosis comparable de ibuprofeno para adultos es de 400 mg cada cuatro a seis horas. La dosis puede variar según la afección tratada, pero los pacientes que usan naproxeno generalmente tomarán mucho menos porque es más fuerte, miligramo por miligramo, que el ibuprofeno.
Si bien estos medicamentos pueden compartir algunas recomendaciones de tratamiento, existen afecciones médicas que se tratan mejor con uno u otro. El naproxeno se recomienda para muchas formas de artritis, gota, tendinitis y bursitis. El ibuprofeno es más apropiado para la fiebre, dolor de cabeza, dolor de muelas y lesiones musculoesqueléticas menores.
Aunque estos medicamentos tienen efectos secundarios en común, también tienen diferencias. Primero, comparten cierto riesgo de desarrollar úlceras gástricas, pero este riesgo no es igual. Es más probable que el naproxeno cree este efecto secundario preocupante y también puede generar un mayor riesgo de defectos de nacimiento. Comparativamente, el ibuprofeno se asocia con una mayor incidencia de dolores de cabeza y dolor de estómago.
Las similitudes entre el naproxeno y el ibuprofeno pueden dificultar la elección del mejor medicamento. Dado que ambos medicamentos conllevan el riesgo de efectos secundarios, especialmente si se usan con regularidad, los pacientes deben buscar orientación sobre cuál es el más apropiado. En particular, cualquier persona que planee tomar cualquiera de los medicamentos a diario debe asegurarse de que un profesional médico esté atento a las reacciones más peligrosas que puedan ocurrir con el uso frecuente.